Talibanes tratarán a la mujeres según dictan las reglas
- En la práctica significa que perderán derechos, como ocurrió en el pasado. Deberán usar velo. También anunciaron una amnistía general para los funcionarios públicos. El miedo reina en Kabul.
- Los talibanes, que tomaron el poder en Afganistán, prometieron este martes un perdón general y respetar a las mujeres según “los principios del islam”, mientras la vida retoma lentamente su ritmo en Kabul pese al temor al nuevo régimen.
“La guerra terminó, (el líder de los talibanes) perdonó a todo el mundo”, declaró en rueda de prensa su portavoz, Zabihullah Mujahid. “Nos comprometemos a dejar trabajar a las mujeres de acuerdo con el respeto de los principios del islam”, añadió.
Y en la cadena Sky News, Suhail Shaheen, portavoz del buró político en Doha, aseguró que el uso del burka (velo integral) no sería obligatorio para las mujeres, ya que “existen diferentes tipos” de velo.
Shaheen no precisó cuáles son los otros tipos de velo que los talibanes considerarían aceptables. Una de las preguntas más repetidas durante la rueda de prensa fue cuál será la situación de la mujer en el nuevo Afganistán bajo los talibanes, y en todas ellas el portavoz repitió que a la mujer se le permitirá trabajar y estudiar, pero en el marco de la ley islámica. Los talibanes habían anunciado poco antes “una amnistía general” para todos los funcionarios estatales, llamándolos a “retomar su vida cotidiana con total confianza”.
En Kabul, la vida parece retomar su ritmo. Los comercios reabrieron, el tráfico se reanudó y los policías controlaron la circulación, mientras que los talibanes vigilaban los puestos de control.
Pero algunas señales indican que la vida no será la misma. Los hombres cambiaron sus ropas occidentales por el shalwar kameez -la holgada vestimenta tradicional- y la televisión estatal emite principalmente programas islámicos. Las escuelas y universidades de la capital siguen cerradas y pocas mujeres se atrevieron a salir a la calle.
Algunas se congregaron brevemente a la entrada de la “zona verde” para pedir el derecho a volver a trabajar. Los talibanes intentaron en vano dispersarlas, antes de que civiles las convencieran de marcharse.
DIFÍCIL CONFIAR. Los talibanes han multiplicado sus gestos de apaciguamiento hacia la población desde que entraron a Kabul el domingo tras una fulgurante ofensiva con la que en apenas diez días tomaron el control de casi todo el país, y del palacio presidencial, abandonado por Ashraf Ghani, quien huyó al extranjero.
Pero para muchos afganos, será difícil confiar en ellos. Cuando gobernaron Afganistán, entre 1996 y 2001, impusieron una versión ultrarrigurosa de la ley islámica. Las mujeres no podían trabajar ni estudiar, y los ladrones y asesinos se enfrentaban a terribles castigos.
“La gente tiene miedo a lo desconocido. Los talibanes patrullan la ciudad en pequeños convoyes. No molestan a nadie, pero por supuesto la gente tiene miedo”, declaró un comerciante en Kabul.
Pese a sus mensajes, algunas informaciones sugieren que seguían buscando a responsables gubernamentales, y un testigo dijo que unos hombres entraron en la casa de uno de esos funcionarios para llevárselo a la fuerza.
Ejecuciones extrajudiciales
El fiscal jefe de la Corte Penal Internacional (CPI), Karim Khan, dijo que sigue “de cerca” la situación actual en Afganistán y que está “muy preocupado por los informes recientes sobre una escalada de violencia en el país” que incluiría presuntas “ejecuciones extrajudiciales”. Khan explicó que incidentes plasmados en los documentos con los que trabajó el lunes, el Consejo de Seguridad de ONU, en su reunión de urgencia sobre Afganistán, “pueden constituir violaciones del derecho internacional”.