“Nadie merece vivir en la calle”
- La Secretaría de Emergencia Nacional (SEN) habilitó su albergue para personas que viven en las calles por el invierno.
- Son personas que son prácticamente invisibles para la sociedad y el Gobierno.
Algunas fueron abandonas a su suerte. Es el caso de María Torres, de 48 años, quien este año por primera vez llegó al albergue donde tiene comida, una cama limpia y frazadas para aguantar el frío.
No pudo contener el llanto al recordar que fue echada por su propia hermana de la casa y con dolor en el alma contó que tiene un hijo, pero que no la ayuda.
“Hace mucho vivo deambulando por casas ajenas, pero la gente esta acostumbrada a maltratar y ya no quiero vivir así, por eso me fui a vivir en una iglesia, pero allí duermo en el suelo, estoy enferma y no tengo para comprar remedios, solo le pido a Dios que ya me libere de tanto sufrimiento. Necesito un lugar en donde vivir, acá me voy a poder quedar solo hasta el jueves”, dijo muy dolida la doña. “Solo pido un lugar en donde vivir, ya no quiero ser maltratada, mi hermana me hecho de la casa en Ñemby cuando fallecieron mis padres. Siento tanto que solo hasta el jueves me voy a poder quedar aquí”, expresó.
Otro huésped de la calle es Orlando Vázquez, de 46 años, quien desde hace 5 años vive en la calle, duerme en las plazas o donde le alcance la noche. “Por culpa de la bebida perdí todo lo que tenía, perdí mi familia, mi trabajo, muchos intentaron que me recupere, pero llegó un momento en el que mi familia ya no pudo y me dejó a la voluntad de Dios, ya soy como de la casa, cada año cuando hace mucho frío me refugio acá”, contó.
El hombre dijo que necesita ayuda profesional para que pueda dejar la bebida. “Quiero dejar, pero solo no puedo. Trabajaba haciendo servicios fúnebres, haciendo formolización, reconstrucción de cuerpos, durante 26 años me dediqué a eso, pero por culpa del vicio ya nadie me contrata. Nadie merece vivir en la calle como animal”, expresó.
Boliviano perdió todo y vive solo, rondando por el Mercado
“Tenía todo, pero lo perdí, en los años 90 llegué al Paraguay desde Bolivia, vivo en la calle en las cercanías del Mercado 4, donde siempre me dan changas para poder comer. No me alcanza para pagar un alquiler, duermo en la calle, no porque quiero sino porque no tengo otra opción. Hago trabajos de plomería, pero no tengo celular para que me contacten, pero si alguien necesita trabajos me pueden ubicar sobre Fulgencio R. Moreno y Brasil, allí hay una ferretería en donde siempre estoy esperando por alguien que necesite algún trabajo”, contó también Vicente López, de 54 años.
Agregó que no tiene familiares en el país, que sus padres están en la Argentina y que le gustaría ir junto a ellos, pero no tiene forma de conseguir un pasaje.