Las manifestaciones pro-Bolsonaro, un reflejo de la polarización en Brasil
- La apuesta era arriesgada para el desgastado mandatario.
- Sus acólitos querían mostrar músculo 11 días después de que miles de estudiantes escenificasen la primera gran protesta contra el Ejecutivo.
Las multitudinarias manifestaciones del domingo en favor del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, demostraron que la polarización política sigue atenazando a la mayor economía latinoamericana, pendiente de realizar profundas reformas, según informa el medio digital ultimahora.com
La apuesta era arriesgada para el desgastado crédito del mandatario brasileño, que cumple en breve 5 meses de mandato. Sus acólitos querían mostrar músculo 11 días después de que decenas de miles de estudiantes escenificasen la primera gran protesta contra el Ejecutivo, liderado por el antiguo capitán de la reserva.
Y lo consiguieron. Los seguidores de Bolsonaro poblaron más de 150 ciudades en 26 estados del país enarbolando banderas de Brasil, ataviados con camisetas de su selección de fútbol y mostrando mensajes contra el ex presidente Lula da Silva, actualmente encarcelado por corrupción y símbolo de la izquierda brasileña. “Se trató de una manifestación espontánea en la que nadie protagonizó las movilizaciones. Vino del corazón del pueblo. ¿Cuántos edificios damnificados hubo? Ninguno. ¿Autos quemados? Ninguno”, reivindicó el jefe de Estado, en una entrevista con el canal TV Record.
En las principales ciudades del país salieron cientos a la calle para respaldar al polémico dirigente, quien fue criticado por sus declaraciones homófobas, machistas y racistas.
Río de Janeiro, uno de sus grandes bastiones electorales donde inició su carrera política, São Paulo, Brasilia, Belo Horizonte y el sur del país congregaron a miles de seguidores de Bolsonaro. El éxito de estas concentraciones sucedió a pesar de que los partidos conservadores decidiesen no participar.
Incluso la propia sigla con la que Bolsonaro armó su victoriosa candidatura presidencial, el Partido Social Liberal (PSL), se quedó oficialmente fuera de estas protestas, en las que sí figuraban pequeños grupos vinculados a la derecha y a la extrema derecha. Las movilizaciones se consideraron una manera de presión popular contra el Congreso, que tienen pendiente de tramitar la reforma clave del Gobierno, la de las pensiones, y contra el Poder Judicial, que debe avalar ciertos cambios legislativos.