Apuestan a la confusión para legalizar ludopatía clandestina
- Primero nos dijeron que la denuncia es para desnudar la rosca mafiosa instalada en la institución municipal para una recaudación en caja paralela en concepto de juegos de azar.
- ¿Tuvieron el objetivo de denunciar corrupción o quieren blanquear un negocio ilegal?
Hoy los mismos quienes denunciaron al intendente municipal, Eladio González Torres, a su hermano, el concejal departamental, Gabriel González Torres y a tres funcionarios municipales, salieron a la calle para exigir que se legalice el negocio de las tragamonedas que hasta ahora operan de manera clandestina.
Esta manifestación es en concordancia con lo planteado por el concejal Marcos Benítez, quien propone instalar aparatos electrónicos de tragamonedas en despensas y kioskos, en todo el territorio de Coronel Oviedo.
Estos manifestantes generaron una gran confusión sobre sus verdaderas intenciones. Al parecer hubo desacuerdo con los recaudadores y ahora quieren utilizar la denuncia como una especie de chantaje, amenazando con realizar acciones inconstitucionales como el cierre de rutas, con la excusa de “queremos trabajar”.
Otro tipo de confusión se genera desde la institución municipal. Por una parte afirman que darán estricto cumplimiento a la Ordenanza que prohíbe tragamonedas ilegales, y solo salieron a la caza de estas, durante un día, y en lo locales de quienes denunciaron al intendente y su hermano.
En contrapartida, solicitan a la Junta Municipal una “flexibilización”, de las exigencias establecidas para la habilitación de locales que exploten los juegos de tragamonedas.
Juegan a la confusión pero la apuesta es la misma: La municipalidad pidiendo flexibilización y reducción de canon, los manifestantes que tienen tragamonedas ilegales pide reducción de canon y Marcos Benítez pide adaptar el precio del canon para que todos puedan pagar y así, instalar estos juegos en despensas y kioskos.
Estos tres frentes nos quieren hacer creer cosas distintas, pero sus objetivos son los mismos: blanquear y legalizar las tragamonedas ilegales, que de igual forma operaban pagando coimas y extorsión, supuestamente, a los hoy denunciados ante el Ministerio Público.
Todos hablan de la necesidad de trabajar, pero nadie habla del esquema de recaudación paralela, nadie habla de la Ley 1016 de Juegos de Azar que no permite a la municipalidad habilitar ni despensas, ni kioskos ni bodegas para la explotación de tragamonedas.
Nadie habla de la Ordenanza 013/2018 que de manera explícita dice que las tragamonedas deberán ser instaladas en casinos y casas de apuestas.
Hablan de la necesidad de trabajar y de una supuesta persecución a los trabajadores pobres.
Al final de cuentas, ¿de quién quieren vivir esos “trabajadores pobres perseguidos”? de niños, niñas y adolescentes que cada día van a comprar el kilo de azúcar, el cuarto de yerba y la lata de conserva, quienes en su inocencia son vulnerados con vueltos de monedas que terminan siendo introducidas en sus máquinas y así, sin importarles nada, los introducen en el enfermizo mundo de la ludopatía cuyas consecuencias son irreversibles.
Quieren confundirnos y no nos dejemos.