80% de mipymes, golpeadas por el crimen y la inseguridad

• En Paraguay, ocho de cada diez micro y pequeñas empresas (mipymes) son afectadas de manera importante por la inseguridad y el crimen organizado, y la mitad de ellas sufren pérdidas económicas derivadas de la situación de desprotección en que deben desarrollar sus actividades.
• Esto se desprende de la medición de Clima de Negocios, elaborada por el Club de Ejecutivos y Mercoplus Latin America, a través de encuestas a representantes del sector empresarial del país.

En el caso de las empresas en general (sin considerar el tamaño), el 54% de los ejecutivos consultados informaron que la inseguridad y el crimen organizado les afectan mucho o gravemente, mientras que el 31% reconoció que el flagelo le impacta menos y en el 15%, que ejerce poco o nulo efecto. Según informa el medio digital Ultimahora.com.

Luigi Picollo, vicepresidente del Club de Ejecutivos, explicó que además de los robos y asaltos que sufren en mayor medida las empresas de menor tamaño, estas no se encuentran en condiciones de solventar los gastos de contratación de personal de seguridad y protección de instalaciones, lo cual termina generando pérdidas económicas y desincentivando la actividad del sector.

“Poner guardias, un sistema de alarma, contratar alguna seguridad tercerizada, (todo esto) es caro. Tienen que contratar su propio sistema de seguridad para un sistema cerrado de televisión, después está el mantenimiento de ese sistema, poner una UPS, estar conectado a una central de monitoreo, es un costo para ellos”, relató.

Entre las medidas de seguridad a las que deben acudir las empresas en Paraguay, Picollo detalló que van desde la adquisición de puertas blindadas hasta el traslado a barrios más seguros de la ciudad, esto último repercute también en costos de alquileres más elevados.

Agregó que sobresaltos cotidianos, como el robo de celulares en las calles, representan costos adicionales a las Mipymes porque los funcionarios son despojados de teléfonos corporativos, es decir, elementos de trabajo que deben ser repuestos por el empleador. “Las grandes empresas no lo sienten porque generalmente tienen un local propio y sistema de seguridad, ya se diluye el costo en una estructura mayor”, aseveró.

Finalmente, se refirió al alto uso generalizado de dinero en efectivo entre las Mipymes como un factor que genera una mayor exposición a robos y asaltos.

La criminalidad y el crimen organizado aparecen entre los diez principales problemas para hacer negocios en Paraguay, con una incidencia mayor que la inestabilidad cambiaria y la escasa innovación, según la encuesta del Club de Ejecutivos.

La lista está encabezada por la corrupción, la competencia desleal (informalidad, adulteración de marcas), inestabilidad gubernamental, funcionamiento del sistema judicial y capacitación de mano de obra.

Otras dificultades manifestadas por los encuestados consisten en la normativa laboral, la burocracia, el financiamiento y la disponibilidad de infraestructura. La medición de Clima de Negocios se realizó con una muestra de 123 casos, de una base total de 760 contactos provenientes de los socios del Club de Ejecutivos.

Empresas prevén más ganancias

A pesar de los numerosos factores que atentan contra el clima de negocios en Paraguay, las empresas locales observan con un mayor optimismo el desempeño previsto para el corto plazo. La encuesta del Club de Ejecutivos revela que la perspectiva de disminución de ventas se redujo a 16% para los próximos dos años, mientras que el 35% de los consultados informaron haber sufrido una merma en su facturación en los últimos dos años. La proyección de aumento de ventas, por su parte, se ubicó en 56% para los próximos dos años, desde el 48% en que se fijó para el pasado inmediato, y esperan en un 29% que la actividad se mantenga.

En cuanto a las ganancias, el 46% de los consultados esperan que aumenten y el 31%, que se mantengan. Los que prevén una disminución de la rentabilidad son minoría (23%), mientras que en un 35% reportaron haber sufrido una reducción de ganancias en los últimos dos años. Estos ánimos coinciden con la expectativa de rebote económico para el 2020.