Una noche de música, fe y unidad en el Teatro Municipal “Ignacio A. Pane”

• El Teatro Municipal “Ignacio A. Pane” fue escenario de “Una noche de Misericordia”, un concierto que reunió a destacados artistas católicos nacionales e internacionales en una velada llena de espiritualidad y emoción.
• La reconocida cantautora puertorriqueña emocionó al público con su testimonio y sus canciones, destacando su vínculo especial con Asunción, donde grabó su más reciente tema “Soy Santa María de Guadalupe”.
• “Una noche de Misericordia” dejó huella en el corazón del público, que respondió con entusiasmo y emoción a cada canción, viviendo un momento único de comunión y esperanza.

La noche del viernes en Asunción estuvo teñida de espiritualidad, música y emoción. El histórico Teatro Municipal “Ignacio A. Pane” se vistió de fiesta para acoger el concierto “Una noche de Misericordia”, una velada que unió talentos nacionales e internacionales con un solo propósito: celebrar y compartir la fe a través del arte.

Desde tempranas horas, familias enteras, jóvenes y adultos comenzaron a llenar la sala, expectantes ante lo que prometía ser un encuentro inolvidable. Y así fue. La apertura, con la imponente presencia de la Orquesta Sinfónica de la Policía Nacional y el Coro de la Schola Cantorum de Asunción, marcó el tono solemne y esperanzador de la noche.

El plato fuerte de la jornada fue sin dudas la participación de la cantautora puertorriqueña Carmen Rosa, quien con su carisma y voz profunda logró conectar de inmediato con el público. “Estoy feliz, contenta y emocionada de regresar a Paraguay. En Asunción, mi esposo y yo ya nos sentimos en familia”, expresó visiblemente conmovida antes de interpretar su más reciente tema, “Soy Santa María de Guadalupe”, que grabó justamente en nuestro país.

Uno a uno fueron subiendo al escenario artistas que han dedicado su vida a la evangelización a través de la música. El Padre Freddy Romero, impulsor del evento, compartió su mensaje con fuerza y humildad. Le siguieron el Padre Leonardo Valdez, el carismático Cris Arzamendia, Fernando Ugarte y el grupo Jericho, cada uno dejando su huella en un público que no dudó en cantar, aplaudir y orar al ritmo de las canciones.

“Esta no es una noche común. Es una cita con la Divina Misericordia”, afirmó uno de los presentadores mientras el ambiente se colmaba de recogimiento y esperanza.

El evento fue también una oportunidad para recordar el poder de la música como canal de gracia, como puente que une corazones y comunidades más allá de fronteras. La diversidad de estilos musicales, desde lo sinfónico hasta lo popular cristiano, dio cuenta de la riqueza que existe dentro del ámbito del arte católico contemporáneo.

Al cerrar la noche, los artistas regresaron al escenario para una interpretación conjunta, que fue acompañada de lágrimas, abrazos y un prolongado aplauso de pie por parte del público.

“Una noche de Misericordia” no fue solo un concierto, sino una experiencia transformadora, que quedará grabada en la memoria de quienes asistieron como una chispa de luz y esperanza en medio de los días.