Emotiva despedida de la profe Carmen Martínez Santacruz tras 27 años de enseñanza en escuela de R. I. 3 Corrales

  • Daniel Godoy, exalumno de la profesora Carmen Martínez Santacruz, organizó una conmovedora despedida sorpresa para celebrar su jubilación después de 27 años dedicados a la educación.
  • El último año, la comunidad educativa la escuela Virgen de Lourdes y el distrito de R.I. 3 Corrales se unieron para apoyar a Carmen en su lucha contra el cáncer, demostrando el profundo impacto que tuvo en la vida de sus alumnos, exalumnos y colegas.
  • Carmen dedicó toda su carrera al nivel inicial, dejando una huella imborrable en la vida de sus alumnos, quienes la consideran no solo una maestra, sino una madre y guía en sus vidas.
Momento en que ingresaron los Mariachis cantando y Daniel le entregó el ramo de flores. || Cortesía

Era sábado, apenas tres días antes del evento. Daniel Godoy sostenía entre sus manos la invitación al acto de despedida por la jubilación de la profesora Antonia Carmen Martínez Santacruz. La sola presencia de ese papel desencadenó en él una oleada de recuerdos y añoranzas que pulsaban con fuerza en su corazón. Una lágrima resbaló por su mejilla mientras se le ocurría una idea para hacer de ese momento algo aún más conmovedor.

“Los directores actuales de la institución prepararon su jubilación, nosotros no sabíamos. Iba a ser un miércoles y el sábado anterior yo me entero. Me quedé mirando la invitación, pensando qué podíamos hacer, contacté con algunos excompañeros y organizamos algo como exalumnos suyos. Salió bastante bien y bastante emotivo”, compartió Daniel con OviedoPress Multimedios.

Sin perder tiempo, Daniel capturó una foto de la invitación y la envió a un grupo de WhatsApp. Allí propuso su idea y convocó a quienes habían sido parte de las promociones de la profesora. También compartió la imagen en Instagram, y una avalancha de mensajes y muestras de afecto desde distintos lugares, tanto de Paraguay como de Argentina, e incluso España hizo sonar repetidamente su celular.

“Hicimos los aportes, juntamos todo y decidimos hacerle un presente pequeño, pero muy significativo”, relató emocionado.

Finalmente, llegó el día tan esperado. El miércoles 20 de marzo, como los últimos 27 años desde 1997, Carmen se despertó temprano, se preparó y emprendió viaje desde Coronel Oviedo hacia su amada escuela Graduada 1966 “Virgen de Lourdes” de Calle 10 Tobatiry, en el distrito de R.I. 3 Corrales, de Caaguazú.

Los exalumnos participaron del acto con mucha emoción. || Cortesía

Al ingresar, la emoción embargaba su corazón: “Lo único que hice fue llorar. Me acompañaron mi hermana, algunos familiares, mi hijo. La emoción fue muy grande cuando eso. Nunca pensé que estaban organizando algo así, fue una sorpresa muy linda”, expresó Carmen a OviedoPress Multimedios.

El cartel de “Feliz jubilación”, decorado con flores y postres, junto con un pastel, daban la bienvenida a la emotiva celebración. Al ingresar al acto, los mariachis entonaban canciones que estremecían los corazones presentes y Daniel se encargó de hacerle entrega de un ramo de rosas. “Fue una sorpresa demasiado grande, nadie me dijo nada. Me dijeron solamente vení tal fecha, una gran sorpresa para mí. Gracias con mayúscula para todos”, manifestó Carmen al tomar el micrófono. “Fue hermoso, emocionante ver a mis exalumnos todos grandes, padres y madres, profesionales. Gracias a Dios salí por la puerta grande”, agregó a OviedoPress.

“Como sobró parte de las transferencias que hicieron, entonces la intención es poder entregarte”, le dijo Daniel al dirigirle unas palabras aquella mañana. En un sobre puso todo el aporte que sobró de lo que colaboraron desde Paraguay, Argentina y España para toda la organización. “Le dijimos que venga hacia su acto preparada, pero no sabía lo que se estaba preparando. Su pedido especial fue que todo iniciara con una misa en agradecimiento a su mejoría, a su salud”, explicó Daniel.

Los compañeros de trabajo la acompañaron en su último día en la institución. || Cortesía

Carmen dedicó toda su carrera al nivel inicial, desde el primer grado al sexto. Daniel tuvo la oportunidad de empezar con ella en primer grado y volver a encontrarla en sexto al culminar su primer ciclo educativo. “Fui cambiando de profesoras, pero llegué al sexto grado con ella también. Se dio algo muy significativo, para nuestra familia especialmente”, señaló Godoy.

La cercanía con la profesora se fortaleció debido a que ella era oriunda de Coronel Oviedo y la madre de Daniel -que en ese entonces era directora de la escuela- la recibió en su casa para que no tuviera que ir y venir todos los días de R. I. 3 Corrales a Oviedo, por la dificultad del camino, era más complicado antes. “Eso hizo que la cercanía con la profe sea de mucha más confianza. Ella era como mi segunda mamá en la escuela y como la hermana mayor en casa”, manifestó el muchacho.

Las dificultades del camino entre R.I. 3 Corrales y Oviedo, especialmente en días de lluvia. Ir hasta la escuela era prácticamente desafiar a la muerte. La zona se inundaba y muchas veces sorteaban caminos completamente inundados. “Cuando recién venía al distrito y le tocaba venir varios kilómetros, fue muy sacrificado para ella. Caminaba como 7 kilómetros o más para llegar o salir de la comunidad. Cuando vino al distrito el camino era más desastre. Camino de tierra roja y cuando llovía era casi imposible salir hasta donde tenía un tramo un poco mejor. Una vida de mucho sacrificio, de mucha garra, de mucha entrega a la educación. Cuando estaba empezando a trabajar, la única salida era por Arroyo Guazú, después empezó a trabajarse más el trayecto Ñu Rugua, camino a Coronel Oviedo. A ella le tocaba estirar a cuestas para llegar a Coronel Oviedo”, acotó Daniel.

Uno de los cauces del río Tacuary camino a Oviedo en el trayecto de Ñu Ruguá. || Captura de vídeo

“El amor a mi vocación me daba fuerzas. Pasé mi juventud ahí, viví haciendo lo que quería. La gente de ahí es muy cordial, muy amable, los niños son muy buenos. Pasé momentos muy felices en mi escuelita”, sostuvo la profesora.

Un año difícil

La salud de Carmen fue un factor determinante en su jubilación. Hace un año, fue diagnosticada con cáncer, lo que la inicialmente la sumió en un profundo dolor y depresión, durante los primeros meses. “Hace justamente un año me diagnosticaron cáncer. Cuando eso, me vino el mundo abajo”, recordó Martínez.

Sin embargo, el apoyo incondicional de la comunidad educativa de R.I. 3 Corrales la ayudó a superar esos momentos difíciles. “Pensaba en mi hijo, mis alumnos, mi trabajo. Empezaron mis compañeros a alentarme, a ayudarme. Cuando me acuerdo de eso quiero llorar nomás luego porque me mandaban vídeos de mis alumnitos que se arrodillaban y rezaban por mí, me mandaban saludos. Veía que se arrodillaban frente al santito que tenemos en la escuela y era muy emotivo para mí”, mencionó.

Entonces, toda la comunidad educativa empezó a moverse. Hicieron colectas, actividades, sorteos. Alumnos, exalumnos, padres, compañeras. “Al enterarnos de su estado de salud a todos nos tocó, se hicieron cadenas de oración, se hizo ayudas para ella, sorteos distritalmente para poder ayudarle a solventar algunos gastos. En los últimos tiempos, pidió permiso y teníamos que ver alguien que vaya a suplirle, entonces para esos gastos se realizaron actividades que tuvieron respuesta masiva en forma positiva, para cubrirle en el momento más crítico”, recordó Daniel.

Foto antigua de la profe Carmen, cuando empezaba sus labores en R. I 3 Corrales. || Cortesía

“Tuvo una connotación más emotiva porque era ella, el momento difícil que estaba atravesando. Es increíble la fe que ella tiene. Dice que fue curada por su fe, por Dios. Ella dice luego que fue curada gracias a su fe, gracias a Dios. Hoy nos mandó un mensaje y nos comunicó en el grupo de WhatsApp que todo salió bien y eso nos alegró mucho”, añadió Daniel.

Justamente en la mañana de este martes, Carmen tuvo una última cita en el IPS Central de Asunción. “La doctora me dijo que todo terminó. Yo solo te puedo decir que fue un milagro. En un año, es increíble. Desde que me diagnosticaron le hablé a Dios, le pedí ayuda, le pedí perdón. Me escuchó y ahora estoy libre de esa enfermedad gracias a Dios y a la Virgen. Estoy emocionada todavía”, expresó Carmen.

Su amor por la vocación docente le dio fuerzas para sobrellevar los momentos más difíciles. “Pasé mi juventud ahí, viví haciendo lo que quería. La gente de ahí es muy cordial, muy amable, los niños son muy buenos. Pasé momentos muy felices en mi escuelita”, sostuvo.

Carmen, tiene un solo hijo, pero es considerada “mamá” por sus exalumnos. Ella compartió su gratitud y emoción: “Es algo maravilloso, la vocación de ser docente”, expuso finalmente. “Todo su proceso de curación ella adjudicó a su fe a Dios para su curación”, concluyó Daniel, destacando la fuerza y la fe que han marcado la vida y la carrera de Carmen.

Placa entregada por la institución a la docente hoy jubilada. || Cortesía
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