Trump desata una guerra comercial y se burla del mundo con frase obscena

• El presidente de EE.UU. celebró entre risas su nueva ofensiva arancelaria y aseguró que decenas de países están rogando por acuerdos.
• China, la Unión Europea y otros aliados históricos enfrentan fuertes subas impositivas mientras crecen las tensiones diplomáticas.
• Incluso dentro del Partido Republicano ya hay voces que advierten sobre las consecuencias económicas y políticas de esta estrategia.

En un evento privado organizado por el Comité Nacional Republicano para el Congreso (NRCC), el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no solo anunció con orgullo el inicio de una nueva etapa en su política comercial, sino que además ridiculizó públicamente a los países que intentan evitar los impactos de los nuevos aranceles. “Me están lamiendo el culo. Se mueren por cerrar un acuerdo”, dijo entre aplausos de los asistentes, en una intervención cargada de burlas, autocomplacencia y tono agresivo.

Trump aseguró que más de 70 países han llamado “desesperados” para negociar, y mencionó específicamente a Japón y Corea del Sur como naciones que estarían dispuestas a aceptar condiciones impuestas por Washington con tal de no quedar fuera del comercio con la mayor economía del mundo. “Son acuerdos altamente personalizados”, explicó. Al mismo tiempo, afirmó que el gobierno ya está recaudando “2.000 millones de dólares al día” gracias a la nueva política tarifaria. “Estados Unidos volverá a ser muy rico, muy pronto”, sentenció.

El nuevo paquete de medidas, que entró en vigor este 9 de abril, impone un arancel del 10% a todas las importaciones, con recargos adicionales que alcanzan el 104% en el caso de China, principal blanco de las acusaciones de Trump. “Nos han estafado por todos lados, y ahora es nuestro turno de hacer el timo”, afirmó. También la Unión Europea fue alcanzada por la medida, con un 20% adicional, lo que llevó a las autoridades del bloque a preparar una respuesta conjunta, aunque sin cerrar la puerta a una negociación directa con la Casa Blanca.

Mientras tanto, la política exterior estadounidense se tensa. Las bolsas han registrado fuertes movimientos, con caídas históricas y signos de inestabilidad. Expertos advierten sobre las consecuencias de este giro abrupto en el comercio internacional, que, lejos de estabilizar la economía, podría frenar el crecimiento global. Dentro de Estados Unidos, la polémica también se instaló en el Partido Republicano, donde varios legisladores trabajan en un proyecto que obligue al presidente a consultar con el Congreso antes de tomar decisiones arancelarias unilaterales.

El veterano senador Mitch McConnell, uno de los impulsores de esta propuesta, fue blanco directo de los ataques del presidente: “Veo a algún que otro republicano rebelde, uno de estos que quieren hacerse notar, decir ‘el Congreso debería encargarse de las negociaciones’. Mira, tú no sabes negociar como yo”, lanzó Trump con desprecio.

La portavoz presidencial, Karoline Leavitt, intentó reforzar la narrativa oficial y animó a los países afectados a proponer soluciones: “Traednos vuestras mejores ofertas y él las escuchará”. Sin embargo, las críticas llegan incluso desde aliados financieros del propio mandatario. El multimillonario Bill Ackman alertó: “Las empresas van a paralizarse si no se detiene esta guerra económica nuclear”.

En las redes sociales, la incredulidad también se multiplica. “China pagará 0 dólares. Cero”, escribió un usuario, cuestionando la lógica que plantea que los países extranjeros serán quienes paguen los aranceles. Otro comentó: “¿En serio nadie le explica que no funciona así? Es frustrante”.

La estrategia de Donald Trump, basada en la confrontación y el uso de un lenguaje que rompe todos los protocolos diplomáticos, ya genera consecuencias globales. El mundo observa cómo el líder de una superpotencia reemplaza el diálogo por amenazas, y la diplomacia por una política exterior basada en el agravio y la presión.