Rector de Villarrica denunciado por acoso se defiende: “Solo se le pidió cumplir su horario”
- La defensa del rector de la Universidad Nacional de Villarrica del Espíritu Santo asegura que la denuncia por acoso es infundada y tiene motivaciones personales.
- La denunciante afirma haber sido víctima de acoso psicológico y laboral durante casi una década, bajo amenaza de despido.
- El caso expone un entramado de conflictos internos, respaldos políticos y posibles represalias dentro de la institución.

La polémica por la denuncia de acoso psicológico y laboral contra el rector de la Universidad Nacional de Villarrica del Espíritu Santo (UNVES), Simón Benítez, tomó un nuevo giro tras la defensa pública de su representante legal, la abogada Blanca Agüero, quien cuestionó la validez jurídica del proceso y lo calificó como una reacción a un conflicto interno con la denunciante. “La mujer iba al gym por las mañanas y se le pidió que cumpla con su horario laboral completo. Desde ahí empezaron los problemas”, afirmó.
Agüero señaló que el caso “nació mal”, pues no fue denunciado ante instancias penales, sino por vía administrativa, lo que a su criterio contradice lo establecido por el artículo 133 del Código Penal. “A lo mejor pudo habérsele ido de las manos esto”, dijo sobre la denunciante. Asegura que la funcionaria, Karina Leske, ocupaba tres rubros en la universidad, y que su extensa carga horaria era resultado de decisiones voluntarias.
Según la versión de la defensa, uno de esos rubros incluía una comisión en un municipio cercano, a la que Leske no asistiría regularmente. Tras finalizar dicha comisión, se le solicitó cumplir con su horario completo desde las 07:00 hasta las 19:00 horas. “Ella tenía una rutina de ir al gimnasio por las mañanas. Cuando la comisión terminó, se le pidió volver a su horario y ahí se rompió la relación con el rector”, sostuvo Agüero.
Desde el otro frente, el abogado de la denunciante, Isaías Acosta, presentó una versión completamente distinta. Asegura que su clienta fue víctima de “un acoso constante, psicológico y laboral” durante casi diez años, mientras criaba sola a dos niños. “Lo único que pedía al señor era que se le traslade, y un tiempo la trasladó, pero luego volvió al mismo lugar con más carga horaria para mantenerla allí”, afirmó.
La denuncia fue presentada formalmente este año tras un proceso de contención emocional y asesoramiento brindado por el Ministerio de la Mujer, al cual la funcionaria acudió a través del sistema 137. Según Acosta, hay otras denuncias anónimas contra el rector y una testigo clave, una exempleada del rectorado, que también vivió situaciones similares. Además, denunció presiones políticas. “Un senador nacional incluso llamó a mi clienta para pedirle que pare con la denuncia. Dijo que mientras él esté en el cargo, el rector no se mueve de la universidad”, acusó.

El caso está en etapa de investigación y el equipo jurídico del rector solicitó la inclusión de un perito de parte para el análisis psicológico. “La reputación del rector está en juego y cualquier imputación lo podría apartar del cargo, entonces hay también detrás una puja de poder”, subrayó Agüero.
Mientras tanto, el ambiente en la UNVES se mantiene en tensión, con versiones opuestas que apuntan tanto a un posible abuso de poder como a una supuesta instrumentalización de una denuncia para fines personales. La justicia deberá esclarecer los hechos en un contexto donde los respaldos políticos y las dinámicas institucionales parecen jugar un papel tan importante como la verdad misma.
