Mujer de San José de los Arroyos denuncia odisea para darle identidad a su nieta
- Sonia Núñez pasó los últimos 20 meses buscando desesperadamente obtener el certificado de nacido vivo para su nieta.
- A pesar de múltiples intentos y numerosos viajes al hospital, la respuesta sigue siendo la misma: solo con una orden judicial podrá registrar legalmente a la pequeña.
- El Dr. Carlos Vera, director del Hospital Regional de Coronel Oviedo, invitó a la madre de la niña a acercarse nuevamente al hospital para buscar una solución.
Entre las ranuras de la burocracia y la urgencia de una abuela desesperada, se esconde una historia que, como tantas otras, parece perderse en el laberinto de los trámites. Sonia Núñez es una mujer de manos curtidas por el trabajo, por el peso de la vida como recicladora. Sus días transcurren entre la recolección de cartones, botellas y latas, todo para mantener a su familia, especialmente a su nieta de un año y ocho meses, cuya identidad todavía no existe en el papel.
Liz Jazmín Núñez, su hija, dio a luz a la niña el 30 de diciembre de 2022 en el Hospital Regional de Coronel Oviedo. El parto transcurrió sin complicaciones, y al cabo de unas horas, Liz María del Carmen Núñez, la obstetra, confirmaba lo que todos querían escuchar: una niña había nacido con vida.
Pero, lo que debería haber sido un proceso sencillo y automático para registrar a la menor, se transformó en una travesía sin fin para esta familia de San José de los Arroyos.
A Liz Jazmín le entregaron una constancia de nacimiento, firmada por el funcionario Milciades Mendoza, pero no el certificado de nacido vivo, papel que otorga a cada ser humano su primer derecho: la identidad.
Cuando finalmente pudieron iniciar los trámites para registrarla, Sonia y su hija enfrentaron una barrera que no podían sortear. “Nos dijeron que no se puede, que solamente con una orden judicial”, relató Sonia con voz cansada, como si el peso de cada palabra trajera consigo la carga de la impotencia. Sonia contó que al momento del alumbramiento no pudieron conseguir el certificado, debido a que la mujer había extraviado su cédula.
Desde aquel primer viaje al hospital, la vida de Sonia se transformó en una sucesión de visitas infructuosas, de promesas vagas y días perdidos. “Fueron seis veces que intentó sacarlo”, relató Sonia, con una mezcla de resignación y rabia contenida. “Cada vez que íbamos, nos decían que volviéramos otro día, que estaban en cirugía o que no había personal disponible. Una y otra vez nos daban largas”, acotó.
Pero el tiempo no se detiene, y con cada día que pasa, la falta del certificado limita a la pequeña, que crece sin un documento que pruebe su existencia legal.
Entre tanto, Sonia continúa su vida como recicladora, contando cada guaraní para poder alimentar a su nieta. “Irnos cada rato nos cuesta mucha plata porque el papá trabaja en otro lado. Yo trabajo como recicladora y con eso le mantengo”, explicó. Y es que cada viaje al hospital significa una jornada de trabajo perdida, un ingreso menos para la familia.
El Dr. Carlos Vera, director del Hospital Regional de Coronel Oviedo, parece sorprendido cuando escucha la historia. “Me sorprende que un año y ocho meses después venga a buscar su certificado de nacido vivo”, afirmó.
“Lo que puedo decir es que la mamá debe acercarse al hospital y buscaremos una solución. Pero los procesos burocráticos están ahí por una razón. Tenemos un plazo de 30 días para expedir el certificado. Pasado ese tiempo, tiene que hacerse por vía judicial o fiscalía”, puntualizó además, solicitando que la madre se acerque para concluir el trámite.
El director asegura que la constancia de nacimiento que posee la familia indica que ya se ha cargado la información en el sistema, y sugiere que, si los documentos de identidad están perdidos, será necesario un esfuerzo adicional para conseguir el registro. “En todos lados te piden una fotocopia por lo menos que diga quién sos. Estamos para ayudar, pero la madre debe acercarse”, insiste Vera, con una mezcla de formalidad y aparente buena disposición.