Quema de velos y protestas violentas en Irán por la muerte de una joven a manos de la “policía de la moral”
- La muerte de una joven de 22 años en custodia de la policía por supuestamente llevar mal el velo ha desatado una ola de fuertes protestas en Irán.
- El suceso ocurrió la semana pasada y la revelación de nuevos detalles profundizó la indignación de la población iraní.
- En Teherán y otras localidades del país se produjeron violentos enfrentamientos entre manifestantes y policía.
Tres personas murieron el lunes después de que las fuerzas de seguridad abrieran fuego contra hombres, mujeres y niños que protestaban en la provincia de Kurdistán por cuarto día consecutivo, denunciaron organizaciones de defensa de los derechos humanos.
Velos en llamas
Mujeres iraníes que participan en las protestas se quitaron sus hiyab (pañuelos o velos) en plena calle, algo prohibido en Irán.
Algunas de ellas incluso quemaron las prendas en público entre ovaciones de los manifestantes, tal y como se observa en las imágenes que han circulado ampliamente en las redes.
Los vídeos también muestran a centenares de jóvenes de ambos sexos en universidades y el céntrico bulevar de Keshavarz de Teherán gritando “justicia, libertad, no al hiyab obligatorio”.
En ese y otros lugares del país también se escucharon cánticos de “muerte al dictador“, en referencia al líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei.
“Mientras ondeábamos nuestros velos al aire, me sentí muy emocionada de estar rodeada y protegida por otros hombres. Me siento genial al ver esta unidad. Espero que el mundo nos apoye”, declaró una manifestante al periodista Ali Hamedani de la BBC en la ciudad central de Isfahan.
Otra mujer que protestó la noche del lunes en la ciudad norteña de Rasht envió a BBC Persa fotografías de moratones en su cuerpo que atribuyó a golpes de la policía antidisturbios.
“Lanzaban gases lacrimógenos. Nos ardían los ojos”, denunció. “Tratábamos de huir, me acorralaron y me golpearon. ¡Me llamaban prostituta y decían que estaba en la calle para venderme!”, declaró.
Muertos y heridos
El grupo kurdo de derechos humanos Hengaw declaró el domingo que al menos 38 personas resultaron heridas en las dos ciudades.
Hengaw informó de la muerte de dos manifestantes tras los enfrentamientos del lunes en Divandarreh, situada entre Saqez y Sanandaj. También dijo que una niña de 10 años recibió un disparo en la cabeza en Bukan, una ciudad de la provincia de Azerbaiyán Occidental.
El gobernador de Teherán, Mohsen Mansouri, tuiteó el martes que las protestas están “totalmente organizadas con el propósito de crear disturbios”.
Y la televisión estatal iraní alegó que la muerte de Mahsa Amini estaba siendo utilizada como una “excusa” por los separatistas kurdos y los críticos del sistema.
La ONU, por su parte, instó a los líderes de Irán a permitir las manifestaciones pacíficas e iniciar una investigación imparcial sobre la muerte de Amini.
La muerte de la joven
Amini, de etnia kurda y originaria de la ciudad occidental de Saqez, en la provincia del Kurdistán, fue detenida el pasado martes a la salida de una estación de metro de Teherán por la policía religiosa islámica iraní, llamada oficialmente Gasht-e Ershad (Patrullas de Orientación).
La mujer de 22 años había acudido a la capital a visitar a la familia. La acusaron de infringir la ley que obliga a las mujeres a cubrirse el pelo con un pañuelo, y los brazos y las piernas con ropa holgada.
Los testigos acusaron a los agentes de golpear a Amini mientras estaba dentro del furgón policial que la llevó a un centro de detención.
Según los informes, la joven fue “golpeada en la cabeza con una porra y su cabeza fue golpeada contra el vehículo por la llamada policía de la moral”.
La alta comisionada interina de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Nada al-Nashif, dio validez a los informes que sugieren una muerte violenta.
“La trágica muerte de Mahsa Amini y las denuncias de tortura y malos tratos deben ser investigadas con prontitud, imparcialidad y eficacia por una autoridad competente e independiente”, declaró al-Nashif.
También reveló que la ONU ha recibido “numerosos y verificados videos de trato violento” de las patrullas de la policía de la moral a mujeres que supuestamente no llevaban puesto adecuadamente el velo en la calle.
Versiones contradictorias
La policía informó que la joven sufrió un “fallo cardíaco repentino” mientras esperaba con otras mujeres en el centro para ser “educada”.
Las autoridades hicieron públicas las imágenes de las cámaras de seguridad que mostraban a una mujer que identificaron como Amini hablando con una funcionaria, que le agarraba la ropa. A continuación se la ve sujetándose la cabeza con las manos y desplomándose en el suelo.
“No ha habido ninguna negligencia de parte nuestra. Hemos realizado investigaciones y todas las pruebas muestran que no ha habido negligencia o comportamiento inapropiado por parte de los policías”, dijo el lunes Rahimi.
“Este es un incidente lamentable y deseamos no volver a presenciar tales incidentes”, agregó, al mismo tiempo que volvió a insistir en que la joven había violado el código de vestimenta y que la policía había pedido a los familiares de Mahsa que le llevaran “ropa decente”.
Organizaciones de defensa de derechos humanos han cuestionado la veracidad del vídeo, al señalar que está editado y no se puede apreciar la identidad de la mujer que protagoniza las imágenes.
El ministro del Interior iraní, Ahmad Vahidi, alegó el sábado que la joven “aparentemente tenía problemas físicos previos” y que “se sometió a una cirugía cerebral cuando tenía cinco años”.
Esta información fue desmentida por el padre, Amjad Amini, quien aseguró que su hija se encontraba “en perfecto estado de salud”.
Agregó que su hija había sufrido contusiones en las piernas y que las imágenes de las cámaras de seguridad mostraban una “versión editada” de los hechos.
Asimismo, acusó a la policía de trasladar tarde a su hija al hospital.
¿Qué dice la ley sobre el uso del hiyab en Irán?
Tras la Revolución Islámica de 1979, las autoridades de Irán impusieron un código de vestimenta obligatorio que exige que todas las mujeres usen un pañuelo en la cabeza y ropa holgada que disimule su figura en público.
Una de las tareas de la policía religiosa islámica iraní es garantizar que las mujeres se ajusten a la interpretación de las autoridades sobre lo que es una vestimenta “adecuada”.
Los agentes tienen el poder de detener a las mujeres y valorar si están enseñando demasiado cabello, si sus pantalones y abrigos son demasiado cortos o ajustados, o si usan maquillaje en exceso.
Los castigos por violar las reglas incluyen desde multas hasta prisión o flagelación.
En 2014, las mujeres iraníes comenzaron a compartir fotos y videos en los que desobedecían públicamente las leyes del hiyab como parte de una campaña de protesta en la red llamada “Mi libertad sigilosa”.
Esta campaña ha inspirado después otros movimientos como “Miércoles blancos” y “Chicas de la calle de la revolución”.
Creciente malestar por la represión religiosa
La muerte de Amini se produce en medio de crecientes informes sobre actos represivos contra mujeres, como prohibir el ingreso a oficinas gubernamentales y bancos a quienes se considera que no cumplen con el código de vestimenta islámico.
Muchos iraníes, incluidos algunos partidarios del gobierno, están expresando su indignación en las redes sociales por la existencia misma de las Patrullas de Orientación de la policía moral, a las que han apodado “Patrullas Asesinas“.
Han aparecido videos en las redes sociales que parecen mostrar a agentes deteniendo a mujeres, arrastrándolas por el suelo y llevándoselas a la fuerza.
Parte de la sociedad iraní culpan directamente de estos casos al líder supremo Alí Jamenei.
Un antiguo discurso suyo que se está compartiendo a través de las redes sociales justifica el papel de la policía de la moral e insiste en que, bajo el régimen islámico, las mujeres deben ser obligadas a observar el código de vestimenta islámico.
Este último episodio parece profundizar la división entre una gran parte de la joven y vibrante sociedad de Irán y sus gobernantes radicales, una brecha que parece cada vez más difícil de reparar.