Parolin y Tagle lideran las apuestas pero el próximo papa podría ser una sorpresa
- El secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin, parte como el gran favorito, con una sólida base de apoyos entre cardenales de la Curia y América Latina.
- Nombres como Robert Francis Prevost, jesuita con experiencia misionera en Perú, y el maltés Mario Grech emergen como alternativas discretas pero viables.
- La juventud de algunos candidatos y la falta de un nombre africano fuerte en la contienda siguen siendo temas de debate en las quinielas papales.

El humo blanco aún está por llegar, pero el ambiente en torno al cónclave ya se calienta en los pasillos del Vaticano. Como marca la tradición, la conocida máxima “Quien entra papa, sale cardenal” resuena con fuerza, aunque esta vez, al igual que ocurrió con Benedicto XVI, no pocos vaticanistas creen que podría romperse la norma no escrita.
En la cabeza de las quinielas figuran dos nombres potentes: el italiano Pietro Parolin, secretario de Estado, y el filipino Luis Antonio Tagle, prefecto para la Evangelización de los Pueblos. Parolin es, según muchos analistas, el gran favorito. Su peso en la Curia y su amplia red de apoyos, especialmente entre el llamado “partido de los nuncios” y varios cardenales latinoamericanos, le dan una sólida base que podría rondar los 40 votos en la primera ronda. No es un dato menor en la carrera para alcanzar los 89 votos necesarios, dos tercios del total, para ser elegido pontífice.

No en vano, Parolin tiene un vínculo profundo con Latinoamérica. El cardenal Baltasar Porras, aunque sin voto en este cónclave, recordaba recientemente en redes sociales la cercanía y el papel clave de Parolin durante su etapa como Nuncio en Venezuela, destacando su labor como mediador en momentos delicados.
Tagle, por su parte, emerge como la figura capaz de aglutinar apoyos en Asia y otros continentes. Aunque recientemente fue cuestionado por la asociación estadounidense BishopAccountability, que lo acusa –al igual que a Parolin– de una respuesta insuficiente frente a los abusos clericales, los obispos filipinos salieron en su defensa, recordando su labor pionera en la implementación de directrices contra los abusos en los años 2000.
Entre los conservadores, el nombre de Peter Erdö, arzobispo de Budapest, suena con fuerza, aunque las divisiones internas en ese sector podrían diluir su potencial. Otros italianos como Matteo Zuppi y Pierbattista Pizzaballa también figuran en las listas, aunque sus perfiles presentan ciertos hándicaps: Zuppi carece de gran proyección internacional, mientras que Pizzaballa, pese a despertar interés, podría ser considerado demasiado joven con apenas 60 años.
El debate sobre la edad resurge también para otros candidatos prometedores, como el portugués José Tolentino de Mendonça (59 años) y el dominico Jean-Paul Vesco (63), arzobispo de Argel. En una Iglesia que mira con recelo a pontificados excesivamente largos, la juventud puede jugar en contra.
Entre las últimas sorpresas que se barajan, destacan nombres como el sueco Anders Arborelius, el jesuita luxemburgués Jean-Claude Hollerich y el maltés Mario Grech, este último visto como un posible “plan B” si la candidatura de Parolin no logra prosperar.

Y aunque muchos opinan que la Iglesia aún no está lista para un papa africano, la figura del congoleño Fridolin Ambongo sigue llamando la atención por su carisma y solidez.
En este contexto de especulación y discretas negociaciones, el nombre del estadounidense Robert Francis Prevost comenzó a sonar con insistencia. A sus 69 años, este agustino, considerado “el menos estadounidense de los estadounidenses”, construyó su reputación lejos de los focos, tras dos décadas de trabajo pastoral en Perú. Prefecto del Dicasterio para los Obispos, Prevost es valorado por su capacidad de escucha y su perfil bajo, virtudes que en estos tiempos podrían convertirse en la gran sorpresa del cónclave..