Paraguay sigue entre los países más corruptos del mundo
- La corrupción sigue siendo uno de los principales males que afectan al desarrollo de la República del Paraguay.
- Sin muchos avances en los últimos años, continúa estando entre los países con peor reputación en esa materia, según el último informe de la organización Transparencia Internacional.
El informe sobre el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) de la organización Transparencia Internacional, nuevamente, posicionó al Paraguay como uno de los países más corruptos en el mundo durante el 2018. Según informa el medio digital ultimahora.com
La oenegé clasificó un total de 180 países y territorios de acuerdo al nivel de corrupción percibido en el sector público, según expertos y empresarios.
Para medir ese índice, utilizó una escala de cero a 100, donde cero significa altamente corrupto y 100 muy limpio. Luego estableció un ranking de los Estados de acuerdo a sus calificaciones.
Dinamarca y Nueva Zelanda se ubican en los dos primeros lugares de la tabla general al ser los países con menor corrupción. Sus puntuaciones fueron de 88 y 87, respectivamente.
El tercer lugar lo comparten Finlandia, Singapur, Suecia y Suiza, con una calificación de 85.
Mientras que Paraguay, con un puntaje de 29 en su IPC, aparece en la posición 132 de la clasificación, junto a Bolivia, Honduras, Kirguizstán, Laos y Myanmar. Los tres peores países son Somalia, Siria y Sudán del Sur, con puntuaciones de 10, 13 y 13.
De acuerdo con el informe, el debilitamiento de la democracia y el aumento del populismo obstaculizan los esfuerzos contra la corrupción en el continente americano. La región tiene un puntaje promedio de 44 por tercer año consecutivo y continúa sin lograr ningún avance serio.
“La corrupción es mucho más probable que florezca cuando las bases democráticas son débiles y, como hemos visto en muchos países, donde los políticos no democráticos y populistas pueden usarla en su beneficio”, dijo la titular de Transparencia, Delia Ferreira Rubio.
El segundo más corrupto de América del Sur
Paraguay presenta un panorama aún más desolador si solo se analizan las calificaciones de los países de América del Sur. El país ocupa el segundo peor lugar junto a Bolivia. Ambas naciones solo son superadas por Venezuela, cuyo puntaje es de 18.
Uruguay y Chile son los mejores ubicados de la región, con calificaciones de 70 y 67, respectivamente. En el ranking general, ocupan los puestos 23 y 27. También son los únicos del continente sudamericano en aparecer entre los 30 mejores países.
Los demás Estados recién aparecen a partir del lugar 73 para arriba. Surinam, Argentina, Guyana y Colombia lograron ubicarse por debajo de los 100.
Un mal sin solución en Paraguay
La corrupción está lejos de resolverse en el país, aún con las promesas y propuestas de las diferentes autoridades y políticos. Si tomamos como referencia el informe de los últimos 10 años de Transparencia Internacional, Paraguay siempre se mantuvo por arriba del puesto 130.
En el 2008 se ubicó en el lugar 138, pero al año siguiente, en el 2009, saltó a la posición número 154, su peor ubicación, que repitió en el 2011. La mejor puntuación se dio en el 2016, cuando ascendió al lugar 123.
Sin embargo, lejos de seguir por esa senda, en el 2017, nuevamente, se bajó hasta el número 136. Si bien en el 2018 el país tuvo el mismo puntaje que el año anterior, de 29, se mejoró cuatro lugares en la tabla general al terminar en el 132.
Promesa presidencial
El presidente de la República, Mario Abdo Benítez, se comprometió el pasado mes de diciembre ante el Cuerpo Diplomático y representantes de organismos internacionales acreditados en el país a dar combate frontal a la corrupción en su Gobierno.
“(El Gobierno) se compromete a fortalecer las instituciones y dar combate frontal a la corrupción, a la impunidad, persuadidos de que es fundamental deshacerse de este lastre, para que el Paraguay pueda elevarse hacia un promisorio porvenir”, señaló en su discurso.
Transparencia Internacional mencionó en su escrito que, más que nunca, se necesita una acción en América para luchar contra la corrupción y defender la democracia. Señala que los ciudadanos, activistas y líderes reformistas en toda la región deben intensificar sus esfuerzos.