Mujer embarazada perdió a su hija tras una grave acusación falsa en Caraguatay

• Gabriela Mercedes López Figueredo fue acusada sin pruebas de haber arrojado a un bebé al río. El impacto emocional le provocó complicaciones que terminaron con la muerte de su hija.
• La embarazada de ocho meses fue allanada por la Fiscalía de Barrero y agentes policiales, luego de un testimonio sin fundamentos.
• Hoy sigue internada en el Centro de Salud de Caraguatay, desamparada y clamando justicia. Su familia la ayuda como puede y pide colaboración.

Una acusación sin fundamentos terminó en tragedia para Gabriela Mercedes López Figueredo (36), quien espera justicia tras haber perdido a su hija. El dolor comenzó el 7 de abril, cuando agentes policiales y representantes de la Fiscalía de Barrero, en Eusebio Ayala, allanaron su vivienda en la compañía Valle’i de Caraguatay, señalándola como sospechosa de haber arrojado a un recién nacido en el río Yhaguy, en la zona de Vapor Cué.

“No me dejaron ni tocar el celular. La fiscala me pidió que se lo entregue y así lo hice. También había un doctor que me pidió alzar la remera, me tocó la panza y confirmaron que el bebé estaba allí. Entonces me dijeron que debían llevarme al Centro de Salud de Caraguatay”, relató entre lágrimas. En ese momento, Gabriela cursaba un embarazo de ocho meses, sin complicaciones previas, y cuidaba de sus dos hijos pequeños, de 7 y 9 años.

En el Centro de Salud de Caraguatay, el estudio de ultrasonido confirmó que la bebé tenía signos vitales. La fiscala, cuyo nombre Gabriela no recuerda, le pidió disculpas y admitió que la orden se basó solamente en el testimonio de un vecino. “Quiero que pague la persona que me calumnió”, imploró.

Pero el daño ya estaba hecho. Esa misma noche, Gabriela comenzó a sentir dolores intensos en el bajo vientre y tuvo un sangrado. A pesar del malestar, no fue asistida debidamente. En la madrugada del Jueves Santo, la tragedia se consumó.

A las 4 de la madrugada tuve sola a mi bebé, cuando nació yo me desvanecí. Luego quise auxiliarle, pero no podía, estaba perdiendo mucha sangre. Cuando estuve a punto de morir llegó mi hija de 20 años y me llevaron al hospital, pero la criatura ya estaba muerta”, relató con la voz quebrada.

Desamparada, abandonada por su pareja y aún internada en el centro de salud, Gabriela afronta el duelo y los gastos médicos con la ayuda de algunos vecinos que incluso colaboraron para costear el ataúd de la pequeña, que fue enterrada ayer. Pide ayuda y justicia. Las personas que deseen colaborar pueden contactarla al (0986) 529-377.