Mototaxista encontró celular ajeno y le devolvió a su dueño en Coronel Oviedo
- Constantino Cáceres, un mototaxista del grupo La Amistad, encontró un celular perdido cerca del IPS y no dudó en devolverlo.
- Enso Alderete, vecino del dueño del celular destacó que el mototaxista devolvió el aparato a su dueño sin esperar recompensa alguna.
- Eduardo Marciano Domínguez, un trabajador de la construcción del barrio San Isidro, perdió su teléfono mientras compraba materiales.
En tiempos donde la desconfianza parece reinar en la vida cotidiana, un gesto desinteresado devuelve la esperanza en la bondad humana. En Coronel Oviedo, Constantino Cáceres, un mototaxista del grupo “La Amistad”, se convirtió en protagonista de una historia que merece ser contada.
Todo comenzó una mañana ordinaria el martes, en las cercanías del Instituto de Previsión Social (IPS). Marciano Domínguez, un trabajador de la construcción del barrio San Isidro, se dirigía a comprar materiales para una obra en el centro de la ciudad. Sin darse cuenta, al detenerse un momento cerca de una canaleta, su celular se deslizó de su bolsillo y cayó al suelo. No se percató de lo ocurrido hasta que, más tarde, intentó buscar su teléfono y no lo encontró por ninguna parte.
Desesperado, Eduardo pidió prestado otro celular e inició una serie de llamadas al número de su teléfono perdido. Al otro lado de la línea, para su sorpresa, respondió una voz serena: era Constantino, quien le explicó que había encontrado el celular mientras realizaba su ruta habitual en moto. Sin dudarlo, le aseguró que le devolvería el aparato sin cobrarle ni un solo guaraní.
“Le dijo que le iba a entregar su celular sin cobrarle ni un guaraní. Le pasó su número y que le iba a entregar ahí al costado de IPS”, relató Enso Alderete vecino de Eduardo, quien fue testigo del momento en que recuperó su celular.
Eduardo, aún incrédulo ante tanta sinceridad, se dirigió al punto de encuentro. Allí, a pocos metros del lugar donde había perdido su celular, Constantino le esperaba, extendiéndole el teléfono con una sonrisa. “Existen aún personas de confianza, de buen corazón que entregan de nuevo lo que no es suyo sin ningún interés”, destacó Alderete.
“Le ofrecí una recompensa pequeña pero no tanto por qué no tengo tampoco tanto y agarro de mi, le agradecí mucho por su honestidad”, contó Marciano.