Mons. Ricardo Valenzuela dejo contundente mensaje de la Iglesia a autoridades para “no estar peor”
- Instó a activar las instituciones para abordar estos desafíos apremiantes en medio del aplauso de los peregrinos.
- ‘‘Todos sabemos que al delito de robar corresponden la privación de libertad y devolución de lo robado’’.
RECLAMO. Mons. Ricardo Valenzuela urgió solución a los problemas del país que no pueden esperar.
REALIDAD. Obispo aseguró que el hambre, la falta de empleo y la inseguridad ‘‘no se detienen’’.
En una Carta dirigida al pueblo paraguayo, monseñor Ricardo Valenzuela, obispo de Caacupé, emitió una reflexión contundente sobre el estado actual del país, enfocándose en la necesidad de acción inmediata por parte de las autoridades recién elegidas. El líder religioso expresó su preocupación por problemas como el hambre, la enfermedad, el desempleo y la inseguridad.
‘‘La ciudadanía ha sido generosa en confiar nuevamente en ustedes, pues, pese a los desaciertos y graves omisiones que originaron múltiples pérdidas, les ha renovado el contrato”, señaló el obispo a las autoridades nacionales presentes, encabezados por el presidente de la República, Santiago Peña.
PROMESAS ELECTORALES
El obispo subrayó en la misa central de la Solemnidad de la Virgen la urgencia de cumplir con las promesas electorales y de no abusar de la confianza depositada en ellas y remarcó que la paciencia del pueblo tiene sus límites. Acotó que la acción es esencial para evitar el aumento de problemas como la deuda externa, el déficit fiscal y la inseguridad.
En este contexto, recordó a Santiago Peña el eslogan de su campaña y su obligación de luchar contra la pobreza y la inseguridad ante la falta de una decisión política seria en materia de seguridad ante la delincuencia cotidiana que se ha convertido en la “zozobra nuestra de cada día”. ‘‘Si no se pone en marcha una política económica razonable la injusta pobreza crecerá y nuestra gente no estará mejor, sino peor”, señaló.
EGOÍSMO DE LÍDERES
El obispo exhortó a las autoridades a dejar de lado las rencillas internas y concentrarse en soluciones concretas contra la pobreza, la corrupción, la inseguridad y la impunidad. También resaltó la importancia de que las autoridades tengan empatía y sensibilidad hacia los problemas del pueblo, ya que ‘‘se ocupan solo de sí mismos, centrados en solucionar sus problemas particulares”.
Un ejemplo de esto, según el eclesiástico, es el reciente y palpitante caso del IPS. ‘’Ojalá sea el Estado el que cuide y vigile esos fondos reservados pensando en un futuro seguro y mejor de los ciudadanos que han aportado’’.
A lo largo de la carta, una de las principales preocupaciones de monseñor Valenzuela fue la corrupción y la impunidad que, según él, están minando los cimientos de la nación.
Instó a la sociedad a no acostumbrarse a observar la impunidad, pues ‘‘resulta muy preocupante, muy serio y grave a la vez’’ que no se demuestre ganas ni voluntad de repudiarlos, y menos aún de exigir castigo a las personas responsables de esos hechos
SANGRÍA DE LA CORRUPCIÓN
La carta también abordó la crisis ética y moral en el país, recordó La carta de los Obispos, “Saneamiento Moral de la Nación”, que cumplió 44 años, y expone la radiografía de la situación del país en plena dictadura.
“Ya pasaron siete gobiernos, de cinco años, en democracia; y en todo ese tiempo no supimos frenar la sangría de la corrupción que está volviendo anémico al país. Es hora de acabar con esto”.
Recordó que la Carta del “Saneamiento Moral de la Nación” ya advertía en 1979 sobre la necesidad de “reconstruir el tejido social en el país”. Puso como ejemplo la situación de las prácticas como venta de títulos universitarios y la falta de valores en las elecciones con la venta de conciencias.
‘‘¡Se están dando títulos a analfabetos funcionales que no comprenden lo que leen! ¿En manos de quiénes quedará el futuro de nuestro país?’’, puntualizó, haciendo alusión al caso del senador Hernán Rivas.
HAGAN LÍO
Valenzuela llamó a los jóvenes a ser agentes de cambio, reconstruyendo la nación, basándose en principios morales y evangélicos. ‘‘La juventud paraguaya puede reaccionar y “hacer lío, como una vez dijo el Papa’’.
Las tensiones internacionales como los desafíos nacionales también fueron abordados, para el obispo. “El horno no está para bollos”, dijo al referirse a las guerras de Rusia-Ucrania y Israel contra Hamás, advirtiendo sobre posibles consecuencias globales.
En el contexto nacional, mencionó la lucha contra las injusticias, describiendo la situación como una ‘‘guerra’’ que parece no tener fin.
ACCIÓN ANTE DESIGUALDAD
Hizo un llamado urgente a las estrategias de pacificación bien diseñadas y a respuestas justas para contrarrestar abusos, atropellos y desigualdades que persisten en la sociedad. ‘‘¡No se debe perpetuar el estado de extrema desigualdad! –que va caracterizando al Paraguay frente a sus pares del continente–. Hay que poner fin a esta situación mediante medidas oportunas y certeras’’, dijo.
Al terminar de compartir sus expresiones de crítica, Valenzuela pidió que su mensaje no sea interpretado como pesimista o derrotista, sino como una llamada a la acción y la reflexión.
ASISTENCIA A LA MUJER
Durante su homilía, el obispo de Caacupé criticó la postergación de la educación, “que cada vez más nos condena a la pobreza”. Con relación a la revisión, derogación o enmienda de la Ley de Educación Superior indicó que se requiere de análisis profundo y amplio debate.
También se refirió a la violencia hacia la mujer, un problema ante el cual no se puede estar indiferentes y pidió protección para ellas. “Los testimonios de las víctimas que se atreven a romper su silencio son un grito de socorro que no podemos ignorar”.
Importantes funcionarios y representantes de alto rango no sienten cercanía ni tienen empatía ni sensibilidad con los problemas del pueblo; sin embargo, se ocupan solo de sí mismos, centrados en sus problemas particulares. Mons. Ricardo Valenzuela, obispo de la Diócesis de Caacupé.
Los políticos se preocupan más por su bienestar personal, así que estuvo bueno que monseñor Ricardo Valenzuela les diera un pequeño regaño. Se lo merecen. Sergio Galeano, Caaguazú.
Religiosos como Valenzuela es lo que necesitamos, que le diga sus verdades a las autoridades. Nosotros en el Bañado Sur nos inundamos y no recibimos respuestas. María Martínez, pobladora del Bañado Sur.
Me tocó mucho que se aborde sobre la violencia contra las mujeres porque yo llegué a ser una de las víctimas. Es necesario que se hable de este tema. Adriana Rodas, paraguaya residente en Clorinda.
LAS CIFRAS
500 a 700 mil personas peregrinaron en vísperas y Día de la Virgen de Caacupé, según la Municipalidad.
300 millones de guaraníes supuso el gasto para la realización del Novenario de la Virgen de Caacupé.
120 mil hostias fueron utilizadas durante todo el Novenario y fiesta de la Virgen, según datos de la Basílica.