“Mi bebé estaba vivo y me lo mataron”: madre denuncia negligencia en hospital de Coronel Oviedo
- La madre advirtió que su bebé venía de nalgas, pero los médicos ignoraron su pedido de cesárea.
- El personal médico retrasó la atención y empujó al bebé hacia adentro para esperar al anestesiólogo.
- El bebé nació con hematomas y murió, mientras el hospital se excusaba en la falta de documentos.

Evelin Sanabria, de 27 años, ingresó en trabajo de parto el 4 de marzo en el Hospital Materno Infantil de Coronel Oviedo. A pesar de haber seguido un tratamiento prenatal para una cesárea debido a que su bebé venía en posición podálica, los profesionales de salud insistieron en un parto natural. Según su denuncia, la negligencia del personal médico terminó con la muerte de su hijo.
En una entrevista exclusiva con OviedoPress Evelin relata que los doctores ignoraron sus advertencias, retrasaron la atención y le negaron la cesárea alegando la falta de un anestesiólogo. Durante el parto, presionaron su abdomen para “ayudar” al bebé a nacer, sin notar que no se trataba de su cabeza sino de sus nalgas. Cuando finalmente accedieron a trasladarla a quirófano, ya era demasiado tarde.
La familia denuncia que el hospital se negó a informar de inmediato sobre la muerte del bebé y que, al entregar el cuerpo, el pequeño presentaba hematomas y signos de maltrato. Además, el esposo de Sanabria tuvo que gastar aproximadamente 800.000 guaraníes en insumos que nunca se usaron. Ahora, buscan justicia.
A las 3 de la mañana del 4 de marzo, Evelin Sanabria comenzó a sentir fuertes contracciones. Se preparó rápidamente y llegó al hospital alrededor de las 4:30. Al no contar con su carpeta médica en ese momento, su esposo volvió a casa para traerla. Mientras tanto, fue atendida por un médico que confirmó que estaba en trabajo de parto y con seis centímetros de dilatación.
“Desde el principio les dije que mi bebé estaba sentado y que no podía tener un parto normal. Yo seguí tratamiento para cesárea. Pero me ignoraron”, cuenta Evelin. Sin revisar sus antecedentes, el personal insistió en que podía dar a luz de manera natural.

Las horas pasaron y el dolor aumentó. Sanabria rogó por la cesárea, pero le respondieron que no había anestesiólogo disponible. Para acelerar el parto, comenzaron a presionar su abdomen con las manos hasta que rompieron la bolsa. Ahí fue cuando finalmente se dieron cuenta del error: el bebé no estaba en la posición correcta.
“Cuando vieron que no era su cabeza, recién me llevaron a la sala de cirugía. Me hicieron caminar hasta allí con todo el dolor de las contracciones. Me pusieron anestesia, pero ya era tarde, no hizo efecto”, relata la madre.
Sanabria finalmente dio a luz en la sala de cirugía sin anestesia. “Mi bebé intentaba salir y ellos lo empujaban hacia adentro. Me dijeron que no pujase, que aguantara. Cuando nació, no lloró”, recuerda con tristeza.
Los médicos sacaron al bebé de la habitación y le dijeron que estaba bien. Pero media hora después, le informaron que no había sobrevivido. Nadie avisó a su esposo ni a su familia hasta que él mismo irrumpió en la habitación para pedir respuestas. “No nos querían dar explicaciones. Solo repetían que no fue su culpa, que mi carpeta médica no estaba”.
Al recibir el cuerpo del bebé, encontraron hematomas y golpes en todo su pequeño cuerpo. “Nos exigieron traer un cajón antes de entregárnoslo. Seguro que no querían que viéramos los golpes que tenía”.
Ahora, Evelin y su familia exigen justicia. “Yo hice mi parte, ellos no”, sentencia. “Seguí todos mis controles, avisé que necesitaba cesárea y no me escucharon. Si me hubieran operado a tiempo, mi hijo estaría vivo”.
El anestesista confirmó que tardaron demasiado en llamarlo. A su vez, el hospital retiene su carpeta médica y se niega a entregarla. La familia ha documentado todas las pruebas y denuncia que hay más casos similares.
“Mi bebé no volverá, pero no quiero que otra mamá pase por lo mismo. Confío en la justicia humana y en la divina. No descansaré hasta que se haga justicia”, concluye Evelin.