León XIV retoma el legado de Francisco con su primer viaje papal a Turquía
- El nuevo pontífice confirmó que el primer viaje de su papado será a Turquía para conmemorar el 1.700 aniversario del Concilio de Nicea.
- La visita dará continuidad a la intención de Francisco de reforzar la unidad con la Iglesia Ortodoxa.
- Durante su encuentro con periodistas, León XIV dejó entrever su estilo afable, bromista y con clara vocación por el diálogo.
León XIV confirmó este lunes que su primer viaje como pontífice será a Turquía, específicamente a la ciudad de Iznik, antigua Nicea, para conmemorar los 1.700 años del histórico concilio cristiano celebrado en el año 325. “Se está preparando”, dijo el Papa al responder preguntas de los periodistas durante la audiencia especial celebrada en el aula Pablo VI, en la que saludó a varios comunicadores acreditados tras el cónclave del pasado 8 de mayo.
Este compromiso, que originalmente formaba parte de la agenda de Francisco, retoma una iniciativa que buscaba fortalecer los lazos con la Iglesia Ortodoxa, a través de un gesto ecuménico de gran simbolismo. Antes de enfermarse, Francisco había expresado su intención de participar en la celebración y había incluso invitado al patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I, a unirse a la visita.
El evento está programado para el martes 20 de mayo, solo dos días después de la misa de entronización de León XIV, prevista para el domingo 18. A esta exigente agenda se suma su primera audiencia general con los fieles el miércoles 21 y, el sábado 24, un encuentro clave con la Curia Romana y los trabajadores del Vaticano.
La visita a Turquía no solo conmemorará el primer concilio ecuménico de la Iglesia Católica, donde se consolidaron principios doctrinales fundamentales como la divinidad de Jesús, sino que también se espera que tenga una fuerte dimensión ecuménica. Servirá para continuar el camino de acercamiento con el Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, proceso que Francisco y Bartolomé I reforzaron con encuentros como el de Jerusalén en 2014, en el que rememoraron el abrazo histórico de sus predecesores Pablo VI y Atenágoras I.
La Santa Sede enviará en los próximos días una delegación a Iznik para evaluar la viabilidad del viaje. Si se concreta, marcará un hito tanto espiritual como diplomático para el nuevo pontífice, cuya elección ha despertado gran expectativa en la comunidad internacional.
Durante su encuentro con periodistas, León XIV demostró cercanía y sentido del humor. “Aún estoy aprendiendo”, dijo entre risas al improvisar frente a protocolos aún poco dominados. Entre bromas sobre su gusto por el tenis y anécdotas sobre fotos con periodistas, también comentó su posible participación en un torneo benéfico de las Obras Misionales Pontificias, aclarando: “Mientras no traigas a (Jannik) Sinner”, en referencia al tenista número uno del mundo, cuyo apellido en inglés significa “pecador”.
A la hora de repartir los tradicionales rosarios, se dirigió al responsable de la Prefectura de la Casa Pontificia, Leonardo Pacienza, para preguntar si debía entregarlos personalmente. “Lo siento, estoy aún aprendiendo”, repitió con una sonrisa, reforzando la imagen de un líder accesible y humano.
La misa de entronización reunirá a delegaciones y jefes de Estado de todo el mundo el 18 de mayo y marcará el inicio formal del pontificado de León XIV. En los días posteriores, se espera que comience a delinear su visión sobre la Iglesia contemporánea, incluyendo la reforma de la Curia Vaticana, la transparencia institucional y el rol global del catolicismo.
El viaje a Nicea podría representar no solo el cumplimiento de un compromiso pendiente de su antecesor, sino también el inicio de una nueva etapa en el diálogo entre iglesias separadas desde hace más de mil años. Todo parece indicar que León XIV ha decidido comenzar su pontificado con un mensaje claro: unidad, apertura y continuidad.
