La importancia de la merienda en época escolar
- La nutricionista Nidia Ortiz ofreció consejos prácticos para ayudar a los padres a preparar meriendas escolares nutritivas y atractivas para sus hijos, destacando la importancia de incluir alimentos saludables y respetar los gustos de los niños.
- Enfatizó que lo primordial es educar a los niños desde pequeños para que no sientan vergüenza de sacar su merienda en la escuela, promoviendo también la participación de ellos en la preparación de su comida explicándole la importancia de consumir alimentos saludables.
- Advirtió sobre los riesgos de relacionar la comida con premios o castigos, ya que esto puede generar una relación negativa con la comida en el futuro.
El inicio de clases suele ser un momento de ajustes para los padres, y una de las decisiones que puede resultar desafiante es cómo armar la merienda de los más pequeños. La nutricionista Nidia Ortiz compartió con el programa Hablando Claro emitido por Radio Mundo Sol algunos consejos valiosos para ayudar a los padres a preparar meriendas que no solo sean deliciosas, sino también nutritivas y adecuadas para los gustos de los niños.
Uno de los aspectos que resaltó Ortiz es la importancia de considerar los sentimientos de los niños en relación con su merienda. “Hay que poner en la balanza que a los chicos de repente les da vergüenza sacar el merendero, a quién no le pasó”, introdujo la licenciada.
Por lo cual, enfatizó en que es fundamental educarlos desde pequeños para que no sientan esta incomodidad. En ese sentido, sugirió involucrar al niño en la preparación de su merienda, explicándole la importancia de consumir ciertos alimentos. “Desde la escuela hay que llevar en cuenta desde la escuela. Hay que trabajar con el docente y darle un poco de participación también al chico de cocinar con el chico, explicarle por qué tiene que comer cierta verdura o jugos”, manifestó.
En cuanto a la selección de alimentos, Ortiz recomendó incluir alimentos que sean del agrado de los niños, evitando imponerles alimentos que puedan rechazar. También destaca la importancia de jugar con los colores y los personajes favoritos de los niños para hacer la merienda más atractiva.
“Para decir que a mi hijo no le guste cierto alimento, hay que probarlo en tres ocasiones. Si en la tercera rechaza, es porque no le gusta. Hay que poner algo que le guste, tener en cuenta sus gustos porque si le ponemos una torta de zanahoria y al chico no le gusta, se va a quedar frustrado y finalmente no va a comer y va a terminar comprando algo que está en la cantina”, sostuvo Ortiz.
Aseguró que es crucial no sobrecargar la merienda, ya que solo debe representar el 10% de las calorías diarias de los niños. Recomendó incluir alimentos nutritivos como frutas, pan integral, avena, torta de zanahoria y legumbres, evitando los azúcares y calorías vacías que no aportan nutrientes. La creatividad también es clave al momento de preparar la merienda, por ejemplo, ofreciendo sándwiches de verduras o presentando las frutas de manera atractiva.
Hizo hincapié en la importancia de evaluar lo que se ofrece en la cantina escolar, teniendo en cuenta la ausencia de profesionales de su ámbito en las instituciones. “En un mundo ideal una nutricionista debe estar en una cantina, pero eso no sucede aquí. Como la salud mental es primordial, también lo es tener una nutricionista en cada institución educativa para que se pueda verificar qué es lo que están consumiendo en el receso y verificar cómo se prepara la merienda que ofrece el ministerio de educación para que no haya una contaminación cruzada”, enfatizó asegurando que todo esto puede producir en los chicos un cuadro gastrointestinal.
Acotó que idealmente los niños deben consumir frutas y jugos no azucarados ya que los licuados ya contienen fructosa que es el azúcar natural de la fruta. “También poner galletita a la semana. Es válido también darle algo que le gusta para que tenga una buena relación con la comida a temprana edad”, puntualizó.
Recomendó no prohibir a los niños el consumo de ciertos alimentos, sino más bien planificar el consumo. Por ejemplo, si los lunes le permitimos comer empanada, también deberá consumir una fruta. El martes le ofrecemos un licuado de jugo de banana con una galletita que le guste. “Planeamos qué va a comer en la semana si no tenemos tiempo. que nos ayuden también a preparar de acuerdo con lo que a ellos les gusta. Hay un sinfín de variedad que se ajusta a la economía, a los gustos. Hay que tener todo en cuenta”, aseveró.
No obstante, mencionó que no es recomendable premiar o castigar al niño con la comida porque esos hábitos van a relacionar la alimentación y la relación que va a tener con la comida más adelante será perjudicial. “Si hoy gané un premio, papá y mamá me van a llevar a comer en un local de comidas rápida y va a buscar que le castiguen o le premien. En todo caso, no relacionar con la comida los festejos y los castigos. La comida tiene que ser un encuentro para compartir con la familia”, subrayó.