La albirroja renace y conquista a Brasil con un golazo de Diego Gómez

  • Después de más de 16 años de espera, la selección paraguaya derrotó a Brasil 1-0 en el estadio Defensores del Chaco, gracias a un golazo de Diego Gómez.
  • La Albirroja logró una victoria que renueva sus esperanzas de clasificar al Mundial 2026, devolviendo la fe a una afición ansiosa por ver a su equipo triunfar nuevamente.
  • El tanto de Gómez no solo selló el triunfo sobre la Canarinha, sino que también rompió una racha de más de una década sin vencer a los pentacampeones en las eliminatorias mundialistas.
Diego Gómez afirmó que fue el mejor gol de su carrera. || @Marca_Zonal

La noche del martes en el Estadio Defensores del Chaco será recordada como una de esas épicas en las que el fútbol muestra su poder de transformación, de devolver la esperanza y despertar el orgullo dormido de toda una nación. Paraguay, con un golazo memorable de Diego Gómez, rompió una racha de más de 16 años sin vencer a Brasil en eliminatorias mundialistas, devolviendo a la Albirroja a la senda de la victoria con un contundente 1-0 que hizo vibrar a Asunción.

“Lo mejor es que lo he soñado desde chico”, afirmó Gómez tras el término del partido, asegurando que el emboque al arco Brasil fue el mejor de su vida. “Yo creo que esta noche los muchachos ofrecieron el corazón por eso se llevaron la victoria”, señaló el profe Gustavo Alfaro.

Desde el inicio, el partido prometía emociones. Con el pitazo inicial del árbitro uruguayo Andrés Matonte, los guaraníes, liderados por el técnico argentino Gustavo Alfaro, demostraron su intención de imponer ritmo y carácter. La cancha del Defensores del Chaco, vestida de rojo y blanco, fue el escenario perfecto para una gesta que pocos imaginaban posible frente a un Brasil que, pese a sus recientes altibajos, sigue siendo un gigante del fútbol mundial.

El primer tiempo se caracterizó por un dominio alterno. Brasil, con su constelación de estrellas, intentó imponer su juego con rápidas combinaciones entre Vinicius Junior, Rodrygo y Lucas Paquetá. Sin embargo, la defensa paraguaya, comandada con autoridad por Fabián Balbuena y Omar Alderete, se mostró sólida, bloqueando cada intento de ataque y manteniendo a raya a los delanteros brasileños.

El arquero Roberto “Gatito” Fernández, en una noche inspirada, neutralizó con seguridad los remates peligrosos de Rodrygo y Luiz Henrique, dejando claro que sería un muro difícil de penetrar.

En el último tramo del minuto 19, Paraguay encontró su recompensa. Luego de una jugada donde Julio Enciso no encontró el hueco para rematar al arco, la devolvió para atrás y el esférico volvió a rodar hacia el campo enemigo donde acabó en los pies de Junior Alonso por la derecha, que con un toque preciso puso el balón en poder de Diego Gómez.

Con frialdad y maestría, el compañero de Lyo Messi en el Inter Miami domió el balón con sus pies dejándolo botar una vez, amagó, fijó su objetivo al arco y la precisión de un cirujano, envió con la cara externa del pie derecho un misil a la portería de Allisson. El disparo del misionero acarició el palo derecho y se metió golpeando la red hacia la izquierda, dejando sin poder reaccional al arquero del conjunto brasilero.

El gol de Gómez despertó la euforia en las gradas del Defensores del Chaco. Era el gol que rompía la paridad y que encendía de ilusión a todo un país. Un golazo de colección, que ya se perfila como uno de los más bellos en la historia de los enfrentamientos entre Paraguay y Brasil.

Tras el tanto, Brasil no tardó en reaccionar. Dorival Junior movió sus piezas, pero no fue suficiente. La Canarinha se volcó al ataque, buscando desesperadamente el empate. Vinicius Junior, con su habilidad y velocidad, generó más de una ocasión de peligro. “Gatito” Fernández emergió como el héroe, desviando y abrazando cada pelota en peligro de gol.

El tiempo parecía congelarse en los últimos minutos. La defensa guaraní se mantuvo estoica, cerrando filas, cortando pases y despejando balones con la firmeza de quienes no están dispuestos a dejar escapar una victoria histórica. Fabián Balbuena, reemplazante del suspendido Gustavo Gómez, se mostró impecable, mientras que Junior Alonso y Gustavo Velázquez fueron una muralla en los laterales.

Finalmente, el silbato de Matonte marcó el final del encuentro. Los jugadores paraguayos se fundieron en un abrazo colectivo, conscientes de haber logrado mucho más que tres puntos: habían derribado a un gigante, habían recuperado la fe de su afición y habían renovado sus esperanzas de cara al Mundial 2026.

Paraguay aún tiene un largo camino por recorrer en estas eliminatorias, pero con actuaciones como la de esta noche, la Albirroja demostró que puede competir y vencer a cualquiera. La victoria ante Brasil no solo alimenta las esperanzas de llegar al Mundial de 2026, sino que revitaliza la creencia en un futuro prometedor para el fútbol paraguayo.

Críticas al arbitraje

A lo largo del partido, el arbitraje del uruguayo Andrés Matonte generó descontento en ambas aficiones, pero especialmente en el público paraguayo, que observó varias decisiones dudosas que pudieron haber cambiado el rumbo del encuentro.

Matonte se mostró inconsistente en la aplicación de las reglas, permitiendo en ciertos momentos el juego brusco de los brasileños sin sanciones claras, mientras que sancionó con rapidez y severidad a los jugadores locales por faltas menores.

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