Junta médica concluyó que dengue fue causa de muerte de Liz Romina Zárate

• Una autopsia por parte de forenses del Ministerio Público de la capital, evaluaron las circunstancias clínicas que rodearon la muerte de la joven en 2007, en la clínica privada del Dr. Alder Mendoza.
• El peritaje legal que consta en autos de expediente, concluye que un cuadro de dengue visceral, fue aparentemente tratado de manera errónea, incluso se suministró medicación indebida, que habría precipitado el deceso.

Tras la muerte de Liz Romina Zárate Licitra (17), en fecha 15 de marzo de 2007, la agente fiscal del Ministerio Público de Coronel Oviedo, Fanny Paola Villalba Solaeche, quien por entonces encabezaba las investigaciones, ante la complejidad del caso, requirió ante la Dirección de Medicina Legal y Ciencias Forenses del Ministerio Público de la capital, una evaluación y autopsia, que determine las circunstancias clínicas del deceso.

Los peritos médicos designados fueron los galenos, Raúl Caballero Olguín, Ricardo Morales Rivas y  Felicia Mora de Guilli, quienes debieron responder a tres cuestionamientos claves de la agente fiscal de la causa, los cuales nunca fueron dilucidados por el médico tratante responsable, Alder Mendoza, quien incluso desestimó el dengue, como cuadro clínico de tratamiento, según el mismo lo afirmó en reiteradas ocasiones, ante medios de prensa.

Los puntos de pericia requeridos fueron; a) Determinar si la muerte de la paciente es imputable a una mala praxis por impericia, negligencia o imprudencia, b) Si la muerte pudo ser evitada mediante acciones específicas establecidas como deber médico y c) Cualquier otra circunstancia imputable a una eventual mala praxis médica o situación de actos médicos posibles.

Los peritos responsables de la autopsia en la investigación de la muerte dudosa respondieron en un informe final de 8 fojas, en las que a la primera requisitoria, en cuanto a la existencia de mala praxis, impericia, negligencia o imprudencia; El no haber establecido un diagnóstico correcto trajo concatenado errores de tratamiento y controles posteriores: hidratación parental insuficiente, controles clínicos y laboratoriales escasos o nulos.

Al segundo cuestionamiento, determinar si la muerte pudo ser evitada, respondieron; Durante los eventos que precedieron al óbito (muerte), se verificaron dos hechos que restaron posibilidades de sobrevida a la paciente: a) la administración de un fármaco ansiolítico, con efecto hipotensor y depresor cardio respiratorio, y b) la ausencia de un profesional médico que actuara con celeridad, pericia y con todos los recursos disponibles que la emergencia requería.

Al tercer requerimiento la evaluación pericial médica, de cualquier otra circunstancia imputable a una eventual mala praxis médica, el equipo evaluador determinó; El sanatorio no cuenta con personal médico de guardia activa, creándose así una situación de abandono cuando la paciente requirió del servicio. El personal de enfermería, en ocasiones, administra medicamentos por órdenes verbales del médico tratante, casos del diazepám.

De igual manera en las consideraciones medicolegales conclusivas del equipo médico evaluador se considera la serología positiva para dengue (por las pruebas laboratoriales) y los resultados histológicos (miocarditis, pericarditis, hepatitis, y neumonitis), éstos hallazgos se corresponden con una enfermedad viral por dengue con compromiso visceral, que contribuyeron a la causa de la muerte.

Es más, los profesionales consideraron que la documentación sanatorial carece de información sobre aspectos importantes para plantear diagnósticos (sic.)…, No fue establecido un diagnóstico, los controles necesarios para evaluar la evolución clínica de la paciente, fueron mínimos en relación a los signos vitales y nulos los demás (sic.)…, se trascribe de foja 3 del informe pericial.

“El tratamiento recibido fue sintomático y la hidratación parental resultó totalmente insuficiente (suero fisiológico de 1.000 mL, duró 15 horas). Un manejo adecuado requería hidratación parental con solución salina a 20 mL/kg./peso/hora (1.000 mL. En una hora aproximadamente), bajo estricta supervisión médica, con re evaluaciones clínicas cada 15 a 30 minutos hasta su estabilización”, se extrae del mismo informe pericial.

En cuanto a las condiciones de soporte médico tecnológico avanzado, el informe refiere; “Se debió transferir a la paciente a un centro asistencial de mayor complejidad, dentro de las primeras cuatro a seis horas de internación, porque el sanatorio UME carece de recursos humanos capacitados y de infraestructura tecnológica para la gravedad del caso”.

En cuanto a la posible suministración errónea de medicación, no tratable para dengue de tipo visceral, el informe señala;

“Mencionamos especialmente la discutible indicación de diazepám, administrado por vía intramuscular, en una paciente con hipotensión y dificultad respiratoria, que 20 minutos más tarde se descompensa y presenta paro cardio-respiratorio irreversible, sin que se verifique la presencia activa de ningún médico en el inicio de la citada emergencia (sic.)… hemos hallado elementos objetivos para determinar la existencia de mala praxis en el caso de la paciente Liz Romina Zárate Licitra”, concluye el informe.

Esta pericia médica se encuentra en el expediente judicial, está firmado por los peritos médicos, Raúl Caballero Olguín, Ricardo Morales Rivas y F. Felicia Mora de Guilli.

La acusación formal del Ministerio Público y la representación en juicio estará a cargo del agente fiscal de Caaguazú, Alfredo Mieres, en  tanto la querella adhesiva está a cargo de los abogados Jorge Bogarín González y Diego Guillen, para el juicio oral y público marcado para el viernes 17 de noviembre desde las 08:30 hs. en el Poder Judicial de Coronel Oviedo.

El tribunal de sentencia integrado por Alejandrino Rodríguez, Ninfa Torres de Ramos y Catalina Riquelme de González, juzgará al forense del Ministerio Público de Coronel Oviedo, Alder Mendoza, en el supuesto hecho punible de homicidio culposo, del cual está acusado, en calidad de supuesto autor.