Joshua Duerksen hizo historia con el primer triunfo paraguayo en la Fórmula 2

• Joshua Duerksen ya no es solo un piloto, es el símbolo de que Paraguay también puede ser protagonista en el escenario mundial del automovilismo.
• Aunque nunca antes había estado en Azerbaiyán ni conocía el trazado urbano de Bakú, Duerksen demostró su habilidad y adaptabilidad excepcionales desde el primer momento. 
• A pesar de los desafíos, incluyendo la presencia del coche de seguridad debido a un accidente, Joshua mantuvo la calma y retomó la carrera con determinación.

La ciudad de Bakú, con sus calles serpenteantes y el mar Caspio como telón de fondo, fue testigo de un hecho inolvidable para el automovilismo paraguayo. En un día soleado, donde las tensiones estaban a flor de piel, Joshua Duerksen, un joven piloto de apenas 20 años, elevó el nombre de Paraguay a lo más alto del podio en la Fórmula 2, la antesala de la Fórmula 1.

Lo hizo en un escenario inédito para él, y en una categoría donde, hasta hace poco, los paraguayos solo podíamos soñar con competir.

No fue un triunfo cualquiera. Duerksen, miembro del equipo AIX Racing, llegó a Bakú con la meta clara: seguir sumando experiencia y puntos. Sin embargo, lo que se desató en el trazado urbano de la capital azerbaiyana fue una obra maestra.

Partiendo desde el cuarto lugar en la parrilla invertida del sprint, Joshua mostró una mezcla perfecta de calma y agresividad, como si los kilómetros de Bakú ya formaran parte de su ADN.

En las primeras curvas, el joven piloto asunceno comenzó a desplegar su magia. Con una audacia calculada, superó a sus rivales en los momentos más críticos. La precisión con la que manejaba su monoplaza dejaba claro que estaba hecho para grandes cosas. No conocía el circuito, pero su talento lo empujaba a recorrer esas calles con una confianza inquebrantable. Usó el DRS con inteligencia, siempre en el momento justo, y antes de que la carrera llegara a su ecuador, ya se encontraba liderando.

Bakú no perdona errores. El accidentado circuito es conocido por sus desafíos: muros cercanos, curvas cerradas y la imponente recta que pone a prueba la velocidad máxima. A lo largo de las 21 vueltas, Duerksen enfrentó no solo a sus competidores, sino también al coche de seguridad, que apareció tras un choque. Pero ni siquiera esto alteró su enfoque.

Al reanudarse la carrera, Joshua retomó el control, manteniendo una ventaja sólida frente al estadounidense Jak Crawford, su principal rival en esa jornada.

Al final de la prueba, cruzó la meta con una diferencia de más de tres segundos sobre Crawford, un margen que reflejaba no solo su dominio, sino la serenidad con la que afrontó cada giro. Con este triunfo, no solo se llevó 11 puntos vitales, sino que también escribió su nombre en los libros de historia del deporte paraguayo. La bandera albirroja ondeaba con orgullo mientras el himno nacional resonaba en el podio de Bakú.

“Para ustedes, para vos Paraguay!!! Vamos carajoooo vamos nosotroooos!!!! Que digan que no podemos…sabemos bien que es mentira!! Somos mbarete, somos vencer o morir!!!“, expresó Duerksen emocionado en sus redes sociales. Y es que su victoria trasciende lo individual, es un triunfo para un país que lucha por abrirse camino en las grandes ligas del automovilismo.

Desde sus primeros días en los karts, Joshua fue un embajador del talento guaraní. Y ahora, con su primera victoria en la Fórmula 2, demuestra que los sueños de llegar a la élite del automovilismo mundial no están tan lejanos.

“Mi objetivo es correr un año más en Fórmula 2, pero la meta final es la Fórmula 1”, sostuvo Duerksen en una entrevista tras la carrera. Palabras que resuenan con fuerza, sobre todo cuando se recuerdan los comienzos humildes de un joven que nunca se rindió, que supo enfrentar adversidades y que hoy inspira a una nueva generación de pilotos.

El triunfo de Joshua en Bakú es apenas un capítulo más en una historia que promete más emoción y gloria. Con 53 puntos en la tabla de posiciones, Duerksen sigue subiendo escalones, y aunque el francés Isack Hadjar lidera con 165 unidades, el paraguayo ha dejado claro que la distancia no es un impedimento para soñar.