Impulsan la cebolla tempranera en el Caaguazú como estrategia de diversificación y constancia productiva
- En la zona de Mariscal López, distrito de Yhú, productores apuestan por la cebolla tempranera como alternativa para diversificar sus cultivos y mantener la producción durante gran parte del año.
- Esta estrategia permite escalonar la siembra en tres ciclos, tempranero, medianero y tardío, y así evitar los baches productivos que históricamente han obligado a depender de la importación.
- La iniciativa busca revertir la histórica fragilidad del mercado interno con planificación y tecnología.

En la zona de Mariscal López, distrito de Yhú, se lleva adelante una experiencia innovadora en la producción de cebolla tempranera fuera del periodo habitual de zafra. Este esfuerzo, impulsado por técnicos y productores locales, apunta a diversificar los rubros de cultivo y garantizar una producción escalonada que permita cubrir el mercado nacional de forma más continua, evitando así periodos críticos de escasez.
Pedro Rojas Villalba, secretario departamental de Agricultura y Producción, explicó que el cultivo de cebolla se divide técnicamente en tres ciclos: tempranero, medianero y tardío, para que no haya etapas sin producción; entonces se une el ciclo normal con el tempranero para llegar a finales de año.

El primero inicia en marzo y permite la cosecha entre agosto y septiembre; el segundo va de abril a mayo, con cosechas hacia octubre; y el último ciclo se extiende hasta noviembre. “Vos tenés tres etapas o tres ciclos para sembrar y tener tipo una producción escalonada.”, detalló en contacto con el programa Hablando Claro de OviedoPress Multimedios emitido por la 95.3 FM Radio América.
Para ello, existe variedades de semillas, algunas que vienen solamente para tempranero como el caso de “La Alborada”, por ejemplo, una variedad tempranera, y el caso Caeti, variedad de la cebolla morada que ya es tardía. “Entonces el productor tiene esas opciones para poder realizar esa siembra y optar por cuál variedad también trabajar en su finca”, aseveró.

Rojas indicó que esta planificación contribuye a una producción más estable en el tiempo, especialmente en rubros sensibles como la cebolla, que actualmente se encuentra en fase de importación junto con otros productos como locote, zanahoria, zapallo, papa y tomate. “El tomate está a 18 mil guaraníes el kilo en los supermercados, mientras que nuestros productores reclaman la falta de mercado. Es lógico que no haya mercado si no hay garantía de producción constante”, expresó el funcionario.
La clave, según Rojas, está en la aplicación de tecnologías adecuadas: riego, cobertura, fertilización y protección de cultivos. “El productor que no tiene pozo artesiano o un sistema de riego está prácticamente imposibilitado de mantener cultivos todo el año. La agricultura es riego constante, y sin agua ni insumos, se vuelve inviable”, sostuvo.

En ese sentido, mencionó el plan piloto impulsado por el Ministerio de Agricultura desde diciembre del año pasado, que ya benefició a más de 600 productores con semillas, fertilizantes e insumos. “Este año se pretende ampliar la cobertura para llegar a más familias productoras y así extender el ciclo productivo desde marzo”, puntualizó.

Sin embargo, a pesar del esfuerzo de algunos sectores, persiste un problema estructural que debilita a los productores nacionales: el contrabando. “Hoy en día se enfrentan a una competencia desleal, muchas veces disfrazada de importación legal, donde el AFI habilita indiscriminadamente el ingreso de productos extranjeros. Esto pone en riesgo no solo la economía del productor, sino también la salud del consumidor, porque no se sabe qué productos químicos fueron utilizados ni si se respetaron los tiempos de seguridad antes de ser cosechados”, advirtió Rojas.