González Daher podría ir al pabellón de tercera edad en Tacumbú
- El viceministro de Política Criminal del Ministerio de Justicia, Daniel Benítez, informó que el condenador Ramón González Daher podría ser trasladado a una celda del pabellón destinado a las personas de la tercera edad en la cárcel de Tacumbú. Eso debido a su condición de salud.
- Ramón González Daher y su hijo Fernando González Karjallo pasaron la primera de las muchas noches que tendrán en prisión en un calabozo del área de Admisión, donde deben permanecer por tres o cuatro días, hasta ser trasladados a una celda en la cárcel de Tacumbú.
- Padre e hijo deben cumplir condenas de 15 y 5 años privados de su libertad, respectivamente, tras ser condenados por hechos de usura y lavado de dinero.
Al respecto, el viceministro de Política Criminal del Ministerio de Justicia, Daniel Benítez, dijo a radio Monumental 1080 AM que ambos serán tratados como el resto de la población penitenciaria.
“Tienen los mismos derechos y obligaciones, como cualquier otra persona que está ahí (en Tacumbú)”, afirmó el secretario de Estado.
El primer menú del ex dirigente deportivo y su hijo como reclusos fue un caldo con fideos y carne como cena. Mientras que para el desayuno se les servirá cocido con leche acompañado con galleta cuartel.
“Ayer estuvo cenando como el resto de la población caldo de fideos con carne. Eso cenó ayer”, acotó Benítez. Ramón González Daher y su hijo Fernando González Karjallo durmieron en una cama común.
Benítez señaló que existe la posibilidad de que RGD vaya al pabellón para personas de la tercera edad, ya que es una persona diabética. El ex empresario luqueño y su hijo son los internos 2.806 y 2.807 hasta este momento.
“Nosotros tenemos pabellones para la tercera edad. Tenemos varias personas con esa enfermedad (diabetes)”, expresó.
Ambos llegaron esposados, con tapabocas y con unos bolsones, cuando fueron trasladados a uno de los calabozos del penal. Ambos cayeron luego de las investigaciones realizadas por el diario Última Hora, en las cuales evidenciaron el esquema de usura y aprietes.
En el juicio oral se comprobó que el prestamista amasó una fortuna de más de G. 6,5 billones mediante un esquema de corrupción y hostigamiento a sus víctimas. Además, contó con la ayuda de la Justicia, con la complicidad de jueces y fiscales.