Gatillo fácil alegó haber disparado tras sentirse acorralado, pero no hay investigación en el caso
- Adrián Saucedo, protagonista de un altercado con vecinos, asegura haber sido acorralado y atacado por un grupo que bloqueaba el paso en la vía pública.
- El suboficial mayor Adrián Saucedo, pertenece a una familia de policías vinculada a investigaciones por irregularidades y cuestionada por su llamativo poder económico.
- A pesar de los hechos, las autoridades policiales no han tomado medidas contra el suboficial Saucedo, acusado de gatillo fácil.
El suboficial mayor Adrián Saucedo, protagonista de un altercado que terminó con un disparo al suelo en el territorio social San Cayetano del barrio Capitán Roa de Coronel Oviedo, defendió su accionar en una denuncia presentada ante la Comisaría 22 el pasado 18 de enero del corriente. Según su declaración, había actuado en defensa propia al ser supuestamente agredido y acorralado por un grupo de vecinos del lugar.
De acuerdo con el relato del agente, el incidente ocurrió cuando se dirigía en su camioneta, una Toyota Hilux gris, para comprar su cena. Aseguró que, a una cuadra y media del sitio, encontró a un grupo de personas que bloqueaban el paso, aparentemente consumiendo bebidas alcohólicas y otras sustancias prohibidas.
Según el suboficial, los presentes comenzaron a incitar a la violencia, lo que lo obligó a descender del vehículo. En ese momento, afirmó haber sido agredido físicamente por un hombre de apellido Aranda, quien presuntamente lo golpeó en el rostro, mientras otro individuo apodado “Jimi” habría lanzado una piedra contra su vehículo, dañando el retrovisor, la puerta y el guardabarros.
El suboficial agregó que el grupo de personas lo habría acorralado, impidiéndole retirarse del lugar, por lo que, según él, decidió sacar su arma reglamentaria y efectuar un disparo al suelo para disuadirlos y proteger su integridad. Aseguró que luego fue auxiliado por otros vecinos de la zona.
No obstante, llama la atención la situación, ya que Saucedo es señalado como parte de una familia con numerosos vínculos dentro de la institución policial y se trataría de un clan conformado por al menos nueve primos y hermanos de apellido Rivarola, la mayoría trabajando en el Departamento de Investigaciones.
Fuentes no oficiales mencionan que varios de ellos cuentan con antecedentes de sumarios policiales y sanciones, además de ser recurrentemente cuestionados por su aparente poder adquisitivo, que contrasta con sus cargos como suboficiales.
Adrián Saucedo no es la excepción, ya que se destaca por poseer bienes llamativos, como la camioneta en la que se desplazaba y su vivienda. Incluso, algunas versiones indican que habría “desembolsado dinero” para evitar sanciones disciplinarias tras el incidente.
Hasta el momento, ni el director departamental de Policía Crio. Gral. Venancio Benítez, el jefe de Orden y Seguridad Crio. Ppal. Carlos Pereira ni el jefe inmediato del suboficial mayor, Nicolás Jiménez han tomado medidas en relación con lo ocurrido. Este silencio institucional generó descontento en la comunidad, que exige transparencia y una investigación exhaustiva sobre los hechos y las acusaciones de presuntas irregularidades.