Frenesí electoral en Coronel Oviedo ¿y el pueblo mientras?
Cada vez se intensifica con mayor fuerza la campaña electoral, de cara a las internas partidarias simultáneas del 18 de diciembre próximo, por lo que es común sentirse saturado de la “oferta electoral” proveniente de parte de todas las organizaciones y nucleaciones políticas en campaña.
Por Néstor Castillo
@NestorcastCOV
Resulta que, todos absolutamente se erigen como la alternativa, la mejor opción, la solución a todos los problemas que aquejan a nuestra comunidad, desde la trascendencia de los espacios electivos en disputa, desde presidente de la República, gobernadores, senadores disputados, concejales departamentales, hasta autoridades partidarias.
Allí es donde el frenesí político, trasladado en visitas casa por casa, audiciones en medios de comunicación, mítines y discursos, nos hace ver y escuchar más de lo recurrente, promesas y demagogia criolla, transformada en fanatismo, poco saludable para la democracia.
Inclusive, tal es la “idoneidad y probidad” de nuestros actores políticos que, resolver problemas de caminos, empedrados, canalizaciones, asfaltados, sistema sanitario o alguna asistencia social, están a la orden del día, sin chistar, sin tanta burocracia, todo con el fin de ganarse los votos de la gente.
Es más, siguen gozando de muy buena salud, manifestaciones tales como desafiarse abiertamente al quien tiene más, apuestas multimillonarias de quien gana las elecciones, con cifras estratosféricas, en moneda americana, no únicamente en el débil “guaraní”, vanagloriándose de que, con el dinero, todo tiene un precio, todo se puede.
Mientras, el pueblo cada día más sumido en la podredumbre, la miseria, las postergaciones y la supervivencia con lo poco que se alcanza o con lo que los políticos les quieran dar, el resto del año, pero en campaña electoral, resolver inconvenientes, no es siquiera un contratiempo.
Esto revela una vez más, que para el político ovetense, el paraguayo, sin importar extracción partidaria o color, todo sigue siendo igual, para ellos, la gente es fácil de burlar, fácil de vulnerar, si total “pearã ñamandá, pearã jareko la plata, jajopynte lo mitâre ha jajoguapa”, (para eso mandamos, para eso tenemos dinero y podemos comprarlo todo.
Se reduce al pueblo a simple mercancía electoral, poco importan sus verdaderas necesidades, sus reales postergaciones, la dignidad de la gente seguirá siendo manoseada una y otra vez, por los siglos de los siglos, si seguimos cegados por el color, por el fanatismo, simplemente votando y no eligiendo.
La democracia, a través del voto del soberano, o sea del pueblo, le instituye una herramienta poderosa, capaz de transformar y generar verdaderos cambios, seamos conscientes de ello, y en las próximas elecciones, tanto internas o generales, utilicemos nuestro poder, sin dejarnos avasallar, libremente, sin hipotecar nuestro futuro.