Falta de transparencia en nuestro país con los fondos de Itaipú
- Mientras Brasil publica cada convenio de Itaipú con detalle, nuestro país oculta información clave y desvía fondos hacia obras y compras fuera del objetivo tecnológico de la fundación.
- Itaipú Brasil financia proyectos de descarbonización y desarrollo territorial con seguimiento público, mientras nuestro país usa los fondos para equipamiento policial y espionaje sin información oficial.
- La gestión opaca de Itaipú en nuestro país pone en evidencia la necesidad de reformas para garantizar que los fondos binacionales se destinen a su verdadero propósito tecnológico y social.

Una comparación reciente sobre la gestión de los fondos socioambientales de Itaipú Binacional revela profundas diferencias entre Brasil y nuestro país. Mientras en el lado brasileño los recursos se destinan con transparencia a proyectos tecnológicos y sostenibles, en nuestro país el manejo de los fondos sigue rodeado de opacidad y desvíos hacia fines ajenos a los objetivos originales.
En Brasil, la Fundación Parque Tecnológico Itaipú (PTI-BR) publica mensualmente en su sitio web todos los convenios firmados, detallando con precisión los montos, las contrapartidas y los plazos de ejecución. Entre los proyectos más recientes se destacan el programa “Uso H2 – Implementación de tecnologías para la aplicación de hidrógeno en la descarbonización”, firmado en abril de 2024, con una inversión total de 22,5 millones de reales (aproximadamente G. 34.110 millones), y un programa de sostenibilidad territorial en Paraná y Mato Grosso del Sur, firmado en marzo de 2024, por 25,3 millones de reales (unos G. 38.318 millones). Ambos programas responden directamente a los objetivos de innovación y desarrollo sostenible de Itaipú.
En contraste, la Fundación Parque Tecnológico Itaipú Paraguay (PTI-PY) desvió su labor hacia actividades ajenas a su misión tecnológica. Un convenio destacado es el firmado con el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), por un monto de G. 499.275 millones (aproximadamente 62 millones de dólares), para el diseño y ejecución de tres obras viales, incluyendo estudios de impacto ambiental y social. Además, la fundación adquirió 390 patrulleras para el Ministerio del Interior por G. 122.571 millones (unos 15 millones de dólares), y figura como responsable de la compra e instalación de equipamientos tecnológicos especializados en espionaje, cuyo presupuesto estimado ronda los G. 95.928 millones (12 millones de dólares), aunque sin registros oficiales de su costo total.
La falta de transparencia es un rasgo distintivo en el lado paraguayo. A diferencia de Brasil, donde cada convenio detalla los aportes exactos y las contrapartidas de las instituciones involucradas, en nuestro país no existen publicaciones claras sobre el manejo de los recursos. Este vacío de información generó sospechas sobre la correcta administración de los fondos, especialmente luego de que se informara que entre enero de 2024 y febrero de 2025 el Gobierno de Santiago Peña gastó sin controles efectivos alrededor de G. 1,4 billones (unos 184 millones de dólares).
Otro aspecto que llama la atención es que, en Brasil, los convenios se realizan principalmente con oficinas gubernamentales para obras de gran envergadura bajo estrictos controles, como el caso de la Secretaría de Estado de Obras Públicas, que desarrolla un complejo hotelero con financiamiento de Itaipú y contrapartidas claras. En nuestro país, los contratos ejecutados por PTI-PY carecen de ese mismo nivel de escrutinio y, además, están vinculados a proyectos que poco tienen que ver con los fines originales de la fundación.