Fallece el padre Aldo Trento, símbolo de caridad y solidaridad
- Durante más de tres décadas, lideró proyectos emblemáticos como la Fundación San Rafael y la clínica Divina Providencia.
- Conocido como un “santo de la caridad”, el padre Aldo Trento dedicó 35 años de su vida al servicio de los más necesitados en Paraguay.
- Nacido en Belluno, Italia, y formado como sacerdote en la congregación de los Padres Canosianos, Aldo Trento llegó a Paraguay en 1989.
El padre Aldo Trento, reconocido por su incansable labor al servicio de los más vulnerables, falleció esta mañana a los 77 años. Su deceso fue confirmado por allegados, quienes destacaron su dedicación a la Casa de la Divina Misericordia de Asunción y a la Fundación San Rafael, instituciones que lideró con profunda vocación.
Trento, quien enfrentaba una enfermedad que deterioró su salud en los últimos meses, dejó un legado imborrable en Paraguay, país donde vivió y trabajó durante 35 años. “Nos deja desconcertados porque era una persona fantástica, un santo de la caridad, alguien que dio tanto a tantas personas y al país”, expresó con pesar Luca Cernuzzi, cercano al sacerdote.
El padre Aldo fue internado en varias ocasiones debido a complicaciones de salud, y en esta ocasión, “el Señor lo quiso llevar consigo”, añadió Cernuzzi, quien también resaltó la capacidad del sacerdote para crear proyectos destinados a los más necesitados.
Un legado de amor y servicio
Nacido en Belluno, Italia, en enero de 1947, Aldo Trento ingresó al seminario de los Padres Canosianos a los 11 años y fue ordenado sacerdote en 1972. Llegó a Paraguay en 1989 y desde entonces dedicó su vida a obras de caridad y solidaridad.
Entre sus mayores contribuciones se encuentran la creación de la Fundación San Rafael y la clínica Divina Providencia, donde brindó atención a pacientes terminales. También impulsó proyectos educativos, como la escuela primaria “Pa’i Alberto”, y programas de asistencia para niñas, madres solteras, ancianos y personas en situación de pobreza extrema.
Cernuzzi lo describió como “un santo de la caridad”, subrayando su capacidad para generar iniciativas que transformaron vidas: “Fue una expresión enorme de caridad para y con nuestro pueblo”.
Aún no se han confirmado los detalles del velatorio ni del entierro, pero su partida deja un vacío profundo en la comunidad paraguaya, que reconoce y agradece su incansable labor en favor de los más desprotegidos.
El padre Aldo Trento será recordado como un verdadero servidor de Dios y de la humanidad, cuyo legado perdurará en las obras que creó y en las vidas que tocó con su inagotable bondad.