En EEUU los antivacunas frenan la inmunidad y aumentan los contagios
- Mientras la vacunación contra el Covid-19 en Estados Unidos lleva estancada desde hace varias semanas y el Gobierno anima a extender la obligación de inmunizarse.
- A pesar de que EEUU llegó al 70% de vacunados en su población adulta, unas 100 millones de personas que pueden recibirla no lo han hecho aún, lo que aleja al país de la esperada inmunidad de rebaño, con datos de inmunización estancados desde hace semanas.
Esta situación hizo que la Casa Blanca planteara que “ha llegado la hora” de extender las obligaciones de vacunarse, y aunque el Gobierno federal lo hizo ya con sus empleados y estudia aplicarlas en las Fuerzas Armadas, celebra que lo hagan grandes empresas y espera que sea un ejemplo a seguir.
Vacunados contra no vacunados. Este es el nuevo frente de una guerra marcadamente política entre demócratas y republicanos. Los primeros se vacunan mucho más que los otros.
Kay Ivey, gobernadora de Alabama, sostuvo que “es hora de empezar a culpar a los no vacunados. Son las personas no vacunadas las que nos están decepcionando”.
Falla en el combate. Estados Unidos “está fallando” en el combate a la pandemia de Covid-19, alertó ayer un alto funcionario de salud pública en momentos en que el país registra los niveles más altos de contagios en 6 meses. “Nunca deberíamos haber llegado al lugar en que estamos”, dijo Francis Collins, director de los Institutos Nacionales de Salud, en This Week de ABC. “Sí, estamos fallando”.
Los temores sobre la variante delta han provocado un crecimiento de las tasas de vacunación. Sin embargo, millones de personas, especialmente en áreas de mayoría conservadora, siguen siendo escépticas a pesar de informes científicos que confirman la seguridad de las vacunas.
Collins señaló que Estados Unidos está pagando “un precio terrible”, ante el rápido aumento de los casos, especialmente entre personas no vacunadas.
Admitió que existen “importantes objeciones y exenciones religiosas” y médicas, por lo que consideró importante tenerlas en cuenta al trabajar en su política sobre las vacunas, y se refirió como ejemplo a la decisión del presidente Joe Biden de que las personas puedan elegir entre inyectarse o someterse a pruebas regularmente.
urgen la vacunación. Los expertos médicos no se cansan de repetir de la urgencia de inyectarse el suero porque es la clave. Esta insistencia hace que los pro vacunas se carguen de argumentos contra los otros.
“Dicen que tienen la libertad para no vacunarse y los hemos de respetar, pero ¿dónde esta mi libertad? Porque por ellos hemos de volver a la mascarilla y a restricciones si quiero viajar. Que no quieran vacunarse también afecta a mi libertad y no es justo”, recalca Bruno Peutat, director ejecutivo de O Marché, empresa dedicada a la comercialización de marcas de moda. “No diría que estoy enfadado, simplemente pienso que estamos en el siglo XXI, disponemos de una vacuna para evitar esta situación y ellos no se comportan como ciudadanos, sino que lo hacen estúpidamente. La vacuna debería ser obligatoria y así avanzaríamos”, insiste.
A los negacionistas se les ve como unos egoístas que, piensan solo en si mismos, impiden regresar a la normalidad.