El último y emotivo adiós al Papa Francisco

• El féretro del papa Francisco recorrió las calles de Roma rumbo a su descanso final en Santa María la Mayor, en medio de un fervor popular sin precedentes.
• El funeral reunió a 250.000 personas y a decenas de líderes mundiales que destacaron su lucha incansable por los migrantes, la paz y la justicia social.
• Desde Buenos Aires hasta Roma, miles encendieron velas y elevaron oraciones para despedir al “pastor sencillo” que marcó la historia de la Iglesia.

El féretro de Francisco abandonó este sábado el Vaticano para emprender su último viaje a bordo del papamóvil, recorriendo las calles de la Ciudad Eterna antes de su sepultura en la basílica de Santa María la Mayor. El todoterreno blanco parcialmente descapotable avanzó lentamente frente a lugares emblemáticos como el Coliseo y los Foros Imperiales, mientras miles de fieles rompían en aplausos y oraciones al paso del cortejo.

La emotiva ceremonia fúnebre, que congregó a unas 250.000 personas en la plaza de San Pedro y sus alrededores, se centró en destacar los “innumerables” esfuerzos del pontífice argentino en defensa de los migrantes, refugiados, pobres y marginados. “Fue un papa en medio de la gente con el corazón abierto hacia todos”, proclamó durante la homilía el cardenal decano Giovanni Battista Re, quien también recordó su lucha constante por la paz en tiempos de guerra.

Figuras internacionales como Donald Trump, el presidente ucraniano Volodimir Zelenski, el argentino Javier Milei, el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva y los reyes de España, Felipe VI y Letizia, asistieron a las exequias. “El papa Francisco elevó incesantemente su voz implorando la paz e invitando a la sensatez, a la negociación honesta para encontrar soluciones posibles”, subrayó el cardenal, en un mensaje que resonó con fuerza en medio del actual conflicto entre Rusia y Ucrania.

Entre la marea de fieles, muchos llegados de madrugada para conseguir un lugar, se encontraba Julian Assange, fundador de WikiLeaks, acompañado de su familia. “No fue solo el papa, fue la definición de lo que es un ser humano”, expresó emocionada Andrea Ugalde, una fiel de 39 años llegada desde Los Ángeles.

En Argentina, su país natal, las muestras de amor y duelo no se hicieron esperar. Frente a la catedral de Buenos Aires, en la plaza de Mayo, jóvenes organizaron una vigilia con canciones y velas. “Para reivindicar el legado del papa, para transformar la tristeza que nos dejó su partida en un faro de esperanza”, explicó Iara Amado, trabajadora social de 25 años.

El papa Francisco, cuyo nombre pontificio eligió en honor a San Francisco de Asís, falleció el 21 de abril a los 88 años debido a un ictus, después de una larga hospitalización por una neumonía bilateral. Su estilo austero, su cercanía con el pueblo y su defensa de los olvidados lo hicieron profundamente querido y, como último símbolo de su legado, su tumba será sencilla: de mármol blanco y con la simple inscripción “Franciscus”.

Al llegar a Santa María la Mayor, un grupo de pobres, migrantes, presos y personas trans lo recibieron con rosas blancas, como reflejo del amor que él mismo sembró. “Era un pastor sencillo y muy querido en su archidiócesis, que viajaba por todas partes, incluso en metro y autobús (…) porque se sentía uno más del pueblo”, reza el Rogito, el documento oficial que repasa su vida y que fue depositado junto a su cuerpo.

La lucha contra la pederastia, el impulso a un papel mayor de las mujeres y los laicos en la Iglesia, así como su incansable defensa de la ecología, forman parte de un legado que ahora será custodiado por su sucesor. El cónclave para elegir al próximo líder de los 1.400 millones de católicos deberá convocarse en los próximos días, dando paso a una nueva etapa tras el emocionante adiós a quien quiso ser, simplemente, un servidor de todos.