El sombrero pirí que recogió datos del espacio aéreo
Se elevó tres veces más de lo que logra un avión comercial o de guerra. Luego de volar a 31.861 metros de altura, descendió a 12 kilómetros de donde comenzó su travesía de más de tres horas. Un globo sonda lanzado al espacio, con el “sombrero pirí”, desde la ciudad de Caaguazú –Paraguay–, volvió con valiosas e inéditas informaciones para las investigaciones científicas.
Por: Cristian Bianciotto
@CrisBianSan
La mañana del 4 de enero estuvo despejada y hacía algo de calor. Una ceremonia histórica se organizó y con gran expectativa y emoción la gente asistía al Polideportivo Municipal de la ciudad de Caaguazú para ver el lanzamiento del globo sonda, desarrollado y montado por alumnos del Colegio Inmaculada Concepción de la ciudad.
Para realizar esta actividad, se trabajó durante siete meses, utilizando la tecnología de High Altitude Balloon (HAB), que surcaría al espacio dicho globo para obtener varios datos que contribuirían a la investigación científica, según relató uno de los responsables del proyecto, Lic. Gustavo Samaniego. Esta labor fue coordinada por la organización Arapy.
“El proyecto va más allá del simple lanzamiento del globo sonda, el objetivo es revolucionar el aprendizaje científico en el interior del país. La meta es que los estudiantes lleven a la práctica la teoría y palpen lo que realmente es la ciencia en todas sus modalidades”, explicó una de las proyectistas, Melba González.
La idea. Surgió en enero del año pasado, luego de que el estudiante de ingeniería, Oscar González, asistiera a un congreso de ciencia y en el que se habló del globo sonda. “Mi hermano vino con la idea loca de desarrollar un proyecto con fines educativos, me convenció y redactamos el proyecto para luego comenzar a buscar fuente de financiamiento”, relató Melba.
La primera persona a quien recurrieron fue al Lic. Gustavo Samaniego, exprofesor de los jóvenes en las materias de física y química. “Nos animó mucho encontrar apertura en él y desde un primer momento manifestó mucho interés en esta aventura convertida en proyecto”, recordó Melba González, quien con su hermano Oscar le echaron ganas a la idea.
“No podía decir que no, al ver la energía, ganas y entusiasmo que se reflejaba en los ojos de Oscar”, contó el profesor Gustavo Samaniego, quien durante siete meses acompañó a 25 de sus alumnos. Los días domingos, principalmente, dedicaron gran parte de este emprendimiento para avanzar con el proyecto científico.
Apoyo. Cuando acabaron de armar todo el plan, los hermanos González comenzaron a “golpear puertas” para lograr apoyo económico que les permita financiar el desarrollo del globo sonda, cuya ejecución alcanzaría unos 30 millones de guaraníes. “Se nos cerraron muchas puertas, pero nuestro ánimo no decayó y comenzamos el proyecto con algunos aportes familiares”, explicó Melba sobre el inicio de la aventura allá por abril del año 2017.
No todo fue negativo, porque finalmente una empresa de Coronel Oviedo denominada EMPASA SA., fue la primera aportante, que dio un empujón al desarrollo de esta iniciativa. “A través de la gestión de algunas autoridades de la ciudad, se logró que el gobierno departamental, también haga un importante desembolso para el proyecto”, relató Melba, al momento de explicar que ambos aportes, más los de la familia, sirvieron para costear la inversión total.
El apoyo no solo fue monetario, ya que varias instituciones impulsaron el emprendimiento. El Centro Astronómico de Caaguazú (CEASCA), la Agencia Espacial del Paraguay (AEP), la Facultad de Ingeniería de la UNA y el Instituto Forestal Nacional (INFONA) formaron parte del proyecto que fue calificado como exitoso.
Innovación. Cielo Villalba, una de las estudiantes que participó en el proyecto, calificó como “una innovación en el sistema educativo y de aprendizaje, tanto para el colegio y universidades”.
Entusiasmada dijo que “con este experimento se aprendió mucho más de lo que se aprende en dos años de clases”, al hacer referencia a la importancia de llevar a la práctica lo que se lee en los libros.
Gustavo Samaniego afirma que la culminación exitosa de este proyecto es el inicio de una serie de ideas innovadoras que se llevarán a la práctica siempre y cuando se cuente con el apoyo necesario. “Esto es un desafío y al igual que los alumnos aprendí muchísimo, siempre hay algo que aprender y creemos que queda un largo camino que recorrer”, afirmó.
Semillas al cielo. Una de las particularidades de la expedición fue utilizar un “sombrero piri”. Además, pusieron como “tripulantes” del globo sonda a las semillas de especies nativas del Paraguay, como de lapacho, urunde’y, caranda, y otras.
“El INFONA se encargará de analizar las reacciones y consecuencias posteriores de la exposición de las semillas a una temperatura mínima de 18 grados bajo cero y una máxima de 45ºC, además de la presión de 100 pascal”, fueron los datos aportados por el profesor Gustavo Samaniego.
El momento esperado. El reloj marcaba las 10:43 horas, momento exacto en el que el globo sonda Arapy, con un peso de 2.246 gramos, despegaba a una velocidad de tres metros por segundo, desde el Polideportivo Municipal de la ciudad de Caaguazú.
Se trata del globo sonda con mayor peso lanzado a la estratósfera desde nuestro país. Se mantuvo en el espacio durante 3 horas con 8 minutos, registrando una altura máxima de 31.861 metros.
El vuelo fue monitoreado por un sistema informático, diseñado en el área de informática del Colegio Inmaculada Concepción, por docentes y alumnos. Recepcionaba los datos de ubicación de los cinco sistemas de GPS con el que contaba el “sombrero piri”. El monitoreo se realizaba en paralelo, desde la ciudad de Caaguazú, la Universidad Nacional de Asunción y la Agencia Espacial del Paraguay.
El momento histórico fue presenciado por los responsables del proyecto, los alumnos y sus padres y con el acompañamiento de una expectante ciudadanía.
Según indicaban los parámetros de ubicación, la gente se desplazaba para ver aterrizar y rescatar al globo sonda. Santa Rosa, 3ra. Línea en la ciudad de Repatriación, a más de 12 kilómetros de donde despegó, el “sombrero pirí” aterrizó a una velocidad de 5 metros por segundo. Fue recibido con un emocionante y extenso aplauso. “Llegó sano y salvo!”, exclamó uno de los alumnos.
Nómina de alumnos del Colegio Inmaculada Concepción que participaron en el proyecto
1. Jorge Ramón Villalba Vallejos;
2. Cielo María A. Villalba Barreto,
3. Ángeles María Benítez Olazar,
4. Nayeli Vanesa Adorno Pérez,
5. Deisy Elizabeth López Mendoza,
6. Rodrigo Gastón Ocampos Duarte,
7. Clara Belén Acosta Gómez,
8. Marcos Antonio González Chamorro,
9. Jherson Aarón Ortega Rojas
10. Fernando José Duré Quiñónez.
11-César de Jesús Delgado Quintana
12-Alexander Fabián Benítez Ortiz
13-Micaela Benítez López (de CIC y CEASCA)
14-Juan Carlos Frutos Bogado
15 Richard David Fernández Medina
16-Lissette González Chumikar
17 José Ildefonso Garcete Aguilar
18-Fiorella Domecq Crosta
19-Francisco Luis Avalos Castellano
20-Alexia Noemi Acuña Nuñez
21-Nelson Diosnel Benitez Encina
22-Mathías Ezequiel Gómez Florentin
23-Yanina Araceli González
24-Marco Antonio Acuña Nuñez
25- Carlos David Cabrera Gómez