Duerksen busca reivindicarse en el circuito más desafiante del calendario
- Tras un fin de semana sin premio en Imola, el piloto paraguayo de AIX Racing quiere reivindicarse en uno de los circuitos más exigentes del mundo.
- Mónaco exige precisión quirúrgica y castiga cualquier error: un entorno ideal para que Joshua Duerksen demuestre su temple.
- La clasificación será clave en el trazado urbano más emblemático del automovilismo, donde adelantar es casi imposible.
Con la mirada puesta en la recuperación, Joshua Duerksen se prepara para enfrentar uno de los desafíos más complejos y legendarios del automovilismo mundial: el Gran Premio de Mónaco. Este fin de semana, en la quinta jornada del Campeonato Mundial de FIA Fórmula 2, el joven piloto paraguayo de AIX Racing buscará capitalizar su talento en el técnico y exigente circuito urbano de Montecarlo.
Luego de un fin de semana prometedor en Imola, donde el ritmo fue evidente pero los resultados no acompañaron, Duerksen se muestra firme en su objetivo de sumar puntos importantes. “Sabemos que el potencial está, solo falta que las cosas se alineen. En Mónaco todo puede pasar y queremos estar preparados para aprovechar cada oportunidad”, expresó el piloto de 20 años.
El circuito urbano de Montecarlo, inaugurado en 1929, es sinónimo de historia y dificultad. Con tan solo 3.337 kilómetros de longitud, el trazado serpentea por las angostas calles del principado, ofreciendo 19 curvas desafiantes, entre ellas la icónica curva Loews, el túnel sobre el puerto y la veloz chicana de la piscina. “No hay margen de error en Mónaco, todo tiene que ser perfecto desde la primera vuelta”, aseguró Duerksen en la previa.
La característica principal del trazado monegasco es su extrema estrechez, lo que convierte la clasificación en el momento decisivo del fin de semana. En un circuito donde adelantar es casi una quimera, largar adelante es tan valioso como tener el auto más rápido. En ese contexto, Joshua Duerksen deberá apelar a su capacidad de adaptación, reflejos finos y lectura del tráfico, una de las variables más complejas en la categoría F2, donde los márgenes son mínimos y la experiencia cuenta.
“Montecarlo exige mucho más que velocidad. Es una prueba mental, técnica y física. Pero estoy listo para el desafío”, concluyó Duerksen, quien sueña con inscribir su nombre entre aquellos que han dejado huella en el circuito más glamoroso y despiadado del calendario.
Mientras las luces del principado iluminan las calles convertidas en pista, el joven talento paraguayo sabe que este puede ser su momento. Mónaco no perdona, pero también recompensa a quienes se atreven.
