Donald Trump asume como 47° presidente de Estados Unidos y anuncia el inicio de una “era dorada”
- Durante su discurso inaugural, anunció medidas drásticas en seguridad fronteriza, una política económica nacionalista y reformas sociales.
- Con el compromiso de terminar con el “declive de Estados Unidos”, Donald Trump delineó un ambicioso plan de gobierno en su segundo mandato.
- Las prioridades incluyen reforzar la seguridad en la frontera con México, combatir la inflación mediante la autosuficiencia energética y liderar misiones espaciales hacia Marte.
Donald Trump asumió este lunes como el 47° presidente de los Estados Unidos, dando inicio a su segundo mandato con un discurso inaugural cargado de promesas ambiciosas y mensajes de cambio profundo. El líder republicano manifestó que su administración marcará “el fin del declive del país”, dando paso a una etapa de recuperación y fortalecimiento en todos los ámbitos, en una “época dorada”.
“Desde este momento, el declive de Estados Unidos ha terminado. Vuelvo seguro y optimista. La riqueza va a recuperarse”, expresó Trump, dedicando varias frases a criticar la administración saliente de Joe Biden y a delinear sus prioridades para los próximos años.
Delineó un programa que abarca desde la seguridad nacional hasta la economía y la política internacional, con medidas que prometen transformar el panorama actual.
Una de las prioridades en el discurso de Trump fue la seguridad fronteriza, anunció que declarará una emergencia nacional en la frontera sur con México, buscando detener inmediatamente la inmigración ilegal y proceder con la deportación masiva de millones de extranjeros que, según él, representan una amenaza para el país.
También se comprometió a desplegar tropas en la frontera y a combatir a los carteles mexicanos, a los que calificará como organizaciones terroristas internacionales. Estas acciones, aseguró, buscan revertir lo que describió como una “desastrosa invasión” y restaurar el control sobre el territorio estadounidense.
En materia económica, Trump señaló que la crisis inflacionaria que enfrenta el país es resultado de políticas de gasto excesivo y de la escalada en los precios de la energía. En respuesta, declaró que tomará medidas inmediatas para garantizar la autosuficiencia energética, promoviendo la exploración y extracción de recursos naturales, bajo el lema de “perforar para prosperar”.
Asimismo, anunció reformas en el sistema de comercio exterior, orientadas a proteger a los trabajadores estadounidenses mediante la imposición de aranceles e impuestos a países extranjeros, priorizando así los intereses económicos nacionales.
En cuanto a la política social, el mandatario expresó su intención de poner fin a lo que calificó como una “intervención gubernamental excesiva” en temas de raza y género, estableciendo que la política oficial reconocerá únicamente dos géneros: masculino y femenino. Además, adelantó que reformará las políticas relacionadas con las fuerzas armadas, permitiendo el regreso de aquellos militares que fueron dados de baja por negarse a vacunarse contra la covid-19.
En el plano internacional, Trump destacó su compromiso con recuperar la influencia global de Estados Unidos. Entre sus propuestas, mencionó la posibilidad de reclamar el canal de Panamá, actualmente bajo la administración de China, y de renombrar el Golfo de México como “Golfo de América”.
También reafirmó su intención de liderar misiones espaciales, con el objetivo de enviar astronautas estadounidenses a Marte y plantar allí la bandera nacional como símbolo del poderío del país.
El discurso también incluyó una reflexión personal sobre un intento de asesinato que sufrió recientemente, cuando una bala rozó su oreja durante un acto en Pensilvania. Trump interpretó este hecho como una señal divina que le otorgó una nueva oportunidad de liderar a la nación. Según el mandatario, este evento lo inspiró a redoblar su compromiso con el pueblo estadounidense y con su misión de restaurar la grandeza del país.
A pesar de las altas expectativas generadas por su regreso al poder, la ceremonia de asunción no estuvo exenta de polémica en el ámbito internacional. A pesar de los anuncios sobre una supuesta invitación “histórica” al presidente Santiago Peña, anunciado por el Gobierno; este no logró ingresar al Capitolio, donde se desarrolló el evento principal.
Según un comunicado oficial de la Presidencia de la República, las condiciones climáticas en Washington, D.C., llevaron a una reestructuración del acto, limitando drásticamente la cantidad de asistentes, por lo que supuestamente el primer mandatario de nuestro país “decidió no asistir”. Mientras otros líderes, como el presidente argentino Javier Milei, sí participaron en la ceremonia, Peña adelantó su regreso a Paraguay.