Denuncian desatención, mentira y maltrato de directora de Diben Coronel Oviedo
- La mujer pasó días luchando contra un sistema burocrático para conseguir un platino necesario para la operación de su hijo de 22 años.
- Mientras su hijo sigue sufriendo por la falta de una cirugía, doña Fidelina denunció las trabas y el desamparo en la salud pública.
- Doña Fidelina Garcete enfrentó la indiferencia institucional cuando buscaba ayuda para su hijo accidentado.
En Coronel Oviedo, la salud pública se convirtió en un verdadero campo de batalla, donde las familias humildes luchan no solo contra las enfermedades, sino también contra la burocracia y la indiferencia. Este fue el caso de doña Fidelina Garcete, una madre desesperada que pasó días buscando respuestas para salvar la vida de su hijo de 22 años, quien sufrió un accidente laboral y necesitaba con urgencia una cirugía traumatológica.
El joven de 22 años residente en la fracción Renacer del barrio Costa Alegre de Coronel Oviedo, quedó gravemente herido luego de caer de un andamio en su lugar de trabajo, lo que obligó a doña Fidelina a visitar la oficina regional de la Dirección de Beneficencia y Ayuda Social (DIBEN) el martes, para obtener un platino esencial para la operación de su hijo. Sin embargo, se encontró con la oficina cerrada.
Aunque un funcionario estaba presente, solo salió tras repetidos llamados para informar que la encargada, Silvia Díaz de Vivar, no se encontraba porque estaba en Asunción. A pesar de la adversidad, doña Fidelina logró contactar a la encargada por teléfono horas después. La respuesta fue desoladora, “recién regreso el sábado, ándate a Villarrica”, expresó la funcionaria. Para su sorpresa, esta información resultó ser falsa, pues la encargada ya había regresado a Coronel Oviedo.
Cuando finalmente presentó la receta médica en la DIBEN, le informaron que no podían procesarla porque le faltaba una firma. En medio de esta frustrante situación, apareció una oferta que parecía pertenecer a un esquema clandestino. Los propios traumatólogos le ofrecieron un número de teléfono para comprar el platino de manera privada por 3.500.000 guaraníes. Una suma inalcanzable para doña Fidelina y muchas familias en su misma situación.
Mientras tanto, su hijo, atrapado en esta agonía, seguía sufriendo y no podía dormir debido al dolor.
El caso de doña Fidelina no es aislado. En Coronel Oviedo, como en muchas otras partes del Paraguay, la salud pública, que debería ser un derecho garantizado, se transformó en una lucha constante contra un sistema ineficiente y muchas veces deshumanizado.
La falta de atención en oficinas públicas, la ausencia de soluciones inmediatas y la presión de las alternativas privadas que exigen un gasto exorbitante para las familias de escasos recursos pintan un panorama sombrío.
Ante esta situación, creció la indignación en diversos sectores sociales y políticos. Se exigió a la DIBEN que reestructurara sus mecanismos de atención, garantizando la presencia constante de funcionarios en sus oficinas regionales. También se pidió una auditoría interna para investigar posibles irregularidades en el manejo de casos urgentes y se solicitó al Ministerio de Salud Pública una investigación sobre los traumatólogos que priorizan soluciones privadas en lugar de ofrecer opciones dentro del sistema público.
La situación vivida por doña Fidelina resalta una crisis estructural que afecta a miles de paraguayos. La salud no debería ser un privilegio para quienes pueden costearla, sino un derecho inalienable para todos.
Las historias como la de doña Fidelina se repiten en Coronel Oviedo, pero también reflejan la resistencia de ciudadanos que se niegan a aceptar la injusticia como norma. La pregunta sigue en el aire: ¿cuánto tiempo más tendrá que esperar su hijo por la operación que necesita para recuperar su vida?
El calvario de esta madre no puede ser ignorado. Es un llamado de atención urgente para que el Estado cumpla con su deber y deje de jugar con el dolor de los más vulnerables.