Denuncian contaminación ambiental e inacción de autoridades en Cecilio Báez
- Desde hace más de una década, los pobladores de San Miguel reclaman el cierre o reubicación de una gallinería que opera en la zona urbana.
- Sin embargo, ni la Municipalidad ni los concejales del barrio han tomado acciones para atender el problema que afecta a unas 144 familias.
- Los vecinos cuestionan que, a pesar de haber denunciado la insalubridad el 11 de febrero, la empresa haya obtenido su permiso ambiental apenas 10 días después.

Pobladores del barrio San Miguel del distrito de Cecilio Báez denunciaron que una gallinería de gran envergadura, ubicada en plena zona urbana, está generando graves problemas de insalubridad debido al fuerte olor que emana. Según los pobladores, llevan años reclamando una solución a las autoridades, pero hasta el momento no han recibido respuestas favorables.
Rosana Roa, presidenta de la comisión pro ambiente del barrio, señaló que la comunidad está afectada por constantes episodios de vómitos, diarreas y otras afecciones de salud, situación que atribuyen a la contaminación provocada por la granja avícola. “Nos dijeron que tienen todo en regla, pero no puede ser que algo que esté en regla perjudique a todo un vecindario. En salud nos afecta demasiado”, expresó.

De acuerdo con Roa, los vecinos presentaron denuncias formales ante la Fiscalía del Medio Ambiente hace dos meses, pero hasta ahora no obtuvieron ninguna respuesta.
El fiscal asignado al caso es Fermín Segovia, a quien exigen que inicie una investigación sobre la legalidad del funcionamiento de la gallinería. Asimismo, se han dirigido al Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADES), sin éxito. “Nosotros hicimos nuestra denuncia el 11 de febrero y el 21 de febrero la gallinería consiguió su permiso de la MADES. ¿Cómo es posible? Queremos una respuesta”, reclamó la dirigente.
Los pobladores también aseguran que el intendente municipal de Cecilio Báez está al tanto de la problemática, ya que las quejas sobre el mal olor y la contaminación datan de hace más de 20 años. “Hace 10 años que venimos reclamando, pidiendo que por favor intervengan y revisen si realmente está en condiciones de operar. Es insoportable el mal olor, y es todos los días”, enfatizó Roa.
La falta de apoyo de las autoridades locales también es un motivo de indignación para los vecinos, ya que para colmo; según indicaron, dos concejalas municipales, Maida Zorrilla y Norma Ríos, residen en el barrio, pero hasta el momento ni siquiera ellas tomaron acciones concretas para abordar el problema. “Prácticamente no tenemos apoyo. Nadie nos dice ‘vamos a ver qué pasa’. Nosotros somos los que guerreamos”, lamentó Roa.
Ante esta situación, los afectados exigen que el fiscal Segovia solicite los documentos pertinentes y determine si la gallinería cuenta con las habilitaciones necesarias para operar en una zona urbana. “Tenemos niños con discapacidad, abuelos de la tercera edad, muchas personas afectadas. En el barrio San Miguel hay 144 casas, con un promedio de cinco a seis miembros en cada una. Imagínense cuántas personas están sufriendo”, agregó la dirigente vecinal.

Los denunciantes reiteran su llamado a las autoridades municipales y ambientales para que intervengan de inmediato y pongan fin a la contaminación que afecta su calidad de vida. “No es porque estamos en contra del trabajo. Está muy bien que la gente tenga trabajo, pero no es por el mal olor. Y le pido al intendente que vea nuestro caso, que vea la potestad de poder venir y ver si la gallinería está en condiciones para funcionar. No es que esto está pasando ahora, es de hace años”, concluyó Roa.