Crisis en Venezuela: Maduro intenta perpetuarse en el poder con una jura ilegítima

• Sin pruebas que respalden su victoria en las elecciones del 28 de julio, el régimen de Maduro enfrenta el repudio de la mayoría de los países democráticos.
• Su juramentación, respaldada por la cúpula militar y gobiernos aliados como Rusia y China, proyecta 18 años en el poder, superando a Hugo Chávez.
• Organismos internacionales como la OEA y el Centro Carter certificaron el triunfo del líder opositor Edmundo González Urrutia, quien promete regresar a Venezuela para asumir la presidencia.

Este viernes, el país se encuentra en una encrucijada histórica con la juramentación de Nicolás Maduro para un controvertido tercer mandato (2025-2031), en un acto respaldado por la cúpula militar y las instituciones alineadas con su régimen.

Mientras tanto, Edmundo González Urrutia, reconocido como mandatario electo por gran parte de la comunidad internacional, ha anunciado su retorno al país con el objetivo de asumir formalmente el liderazgo del Ejecutivo.

El acto de juramentación de Maduro, programado para el mediodía en la sede del Parlamento, ha sido cuestionado por la falta de transparencia en las elecciones del pasado 28 de julio.

Durante seis meses, el régimen no presentó las actas electorales que respalden su victoria, alegando un supuesto “hackeo masivo” a los servidores del Consejo Nacional Electoral (CNE). La comunidad internacional, encabezada por organismos como la Organización de Estados Americanos (OEA) y el Centro Carter, calificaron el proceso de fraudulento.

Con el respaldo de más del 60% de los votos y el aval del 85% de las actas verificadas por observadores internacionales, González Urrutia representa para muchos la esperanza de un cambio político en Venezuela. Tras culminar una gira por América, que incluyó reuniones clave con líderes regionales, González ha prometido regresar este viernes al país. Aunque no ha revelado detalles, se especula que podría realizar una juramentación simbólica o incluso entregarse como acto de desafío al régimen chavista.

“Estamos listos para asumir la responsabilidad que el pueblo nos otorgó”, declaró González desde República Dominicana, su última escala antes de retornar a Venezuela. Ha hecho un llamado a las Fuerzas Armadas para que lo reconozcan como presidente legítimo, pero el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, reafirmó su lealtad a Maduro.

En los días previos a la juramentación de Maduro, el régimen intensificó la represión. Activistas, periodistas y familiares de opositores han sido detenidos, incluyendo al yerno de González, quien fue arrestado frente a sus hijos. Asimismo, se reportó la desaparición de Carlos Correa, defensor de la libertad de expresión, y el encarcelamiento de Enrique Márquez, líder opositor que había exigido la publicación de las actas de votación.

La líder opositora María Corina Machado reapareció tras meses en la clandestinidad, convocando movilizaciones en Caracas. Fue detenida brevemente por agentes del régimen, quienes calificaron el incidente como un “invento”. A pesar de las amenazas, Machado aseguró que seguirá luchando: “¡No tenemos miedo!”, afirmó frente a una multitud.

Maduro promete un nuevo mandato de “paz” y recuperación económica, aunque sus 12 años en el poder han estado marcados por recesión, hiperinflación y la migración de más de siete millones de venezolanos. Además, plantea una reforma constitucional que podría consolidar aún más su control sobre las instituciones.

Por otro lado, el regreso de González Urrutia plantea interrogantes sobre la posibilidad de una transición democrática o el recrudecimiento de la represión. La comunidad internacional sigue atenta, mientras que países como Rusia y China respaldan al régimen de Maduro, y otros como Estados Unidos y la Unión Europea apoyan al presidente electo.

Venezuela se encuentra al borde de un cambio trascendental, con dos figuras que simbolizan caminos opuestos: la perpetuación de un régimen cuestionado o la apertura a una nueva etapa democrática. El desenlace podría redefinir el futuro político de la nación.