Cómo criar hijos felices la odisea de lo imposible

  • Si hay algo que las mapaternidades y personas cuidadoras se cuestionan constantemente es si están haciendo las cosas bien.
  • Todos estos temas están descritos en detalle en el nuevo fascículo Criar es amar, disponible todos los lunes, gratis, con el diario Última Hora.

La respuesta es clara, aunque aceptarla puede ser complicado: la realidad es que no se sabe. Para entender mejor de dónde surgen estas dudas y cómo manejarlas, decidimos consultar con una voz experta en psicología infantil, la licenciada Belén Espínola.

La crianza quizás sea una de las tareas de cuidado más difíciles. En manos de la persona de autoridad está el mundo de esa infancia. Y cuando llega el momento, se hace obvio que no existe una preparación perfecta. Entonces, ¿qué hacemos?

Las generaciones más jóvenes tienen la fortuna (y el infortunio, vale decir) de vivir en una sociedad hiperconectada e hiperinformada. Con solo tocar las pantallas de nuestros celulares o hacer un par de búsquedas en la computadora más cercana, tenemos a disposición información de lo que se nos pueda ocurrir. Desde la primera etapa de gestación hasta la crianza, pasando por todo tipo de posibles consultas, Google responde.

Vale la pena empezar a discernir: ¿Qué es lo que implementamos? ¿Qué no? ¿Qué estrategia se adapta mejor a mi familia? Y en ese punto se encuentran todos los cuidadores, que intentan descifrar cómo criar hijos felices: cómo poner límites, cómo desafiar los berrinches… todo mientras gestionan sus propias emociones, que no es poca cosa.

Los adultos en algún momento fueron niños, hicieron berrinches, pasaron por cambios, tramaron travesuras. En este transitado camino, muchas veces es fácil olvidarse de la propia infancia. Y esto, quizás, es lo peor de todo. Quizás por eso es que se genera una falta de empatía hacia las infancias de alrededor.

Para retomar la pregunta inicial: ¿Qué hacemos? La respuesta más lógica es consultar con un especialista y esa es la propuesta que la revista favorita de los domingos ofrece a sus queridos lectores.

Una marca indeleble

Todas las personas tienen una situación en la infancia que, recuerden o no, les marcó para siempre. “En la crianza se sientan las bases de la vida a futuro, principalmente lo que tiene que ver con la construcción de valores: lo que está bien o mal, qué se acepta o no”, comienza a describir Belén Espínola, licenciada en Psicología Clínica y especialista en terapia cognitivo-conductual infantojuvenil. Y eso se proyecta hacia el futuro, según explica: la visión prospectiva, la creación de objetivos y metas, etcétera.

“La crianza es fundamental”, resalta Espínola y remarca: “Es el momento en donde se aprende a manejar las emociones. Por ejemplo, si no sabemos cómo lidiar con las frustraciones de niños, criaremos adultos a quienes les va a costar más lograrlo después”. Sin presiones, cuidadores, solo se trata de la vida entera de un ser humano. Pero ¡a no desesperar! Vamos por partes.

Crianza respetuosa, ¿sí o no?

Quien ha navegado por las aguas de internet en busca de la respuesta al enigma que hoy nos atañe seguramente se ha cruzado con el concepto de crianza respetuosa. Pero pareciera ser que esta premisa engloba todo un paraguas de posibles estrategias.

¿Qué significa, entonces, este concepto? Según la Unicef, en cualquier estilo de crianza lo básico debe ser el respeto a niños, niñas y adolescentes como sujetos relacionales. La crianza respetuosa busca una visión empática frente a las necesidades de ellos, responder a ellas, comprender sus emociones de acuerdo con su desarrollo. Se trata de proponer distintas estrategias teniendo en cuenta, básicamente, una visión humanitaria hacia las infancias.

La cuestión con esta difusión es la variedad de estrategias, que no todas sirven para todas las familias. “Muchas veces los padres piensan que se trata de no poner límites o que estos sean muy flexibles, y ahí surgen los problemas”, afirma la licenciada. “Es importante que los cuidadores planteen que las malas conductas tienen consecuencias, eso también prepara a los niños o niñas para la vida”, detalla. Según la especialista, generalmente son los padres más jóvenes los que se enfrentan a esta problemática.

La otra cara de la moneda está en quienes de chicos sufrieron violencia física de parte de sus cuidadores y piensan que “así van a aprender” sus propios hijos. “Ese es un rotundo no”, sostiene la licenciada y reflexiona: “Si vos cometés un error y nadie viene a pegarte, ¿por qué harías eso mismo con un niño?”.

La crianza respetuosa se trata de validar las emociones, buscar estrategias para manejarlas, trabajar en conjunto con esa infancia y tratarla con respeto. “A veces hay trastornos de la conducta que son más graves y para los cuales muchas estrategias como la de las elecciones no funcionan. Entonces es momento de buscar otras o, incluso, agendar una consulta”, remarca la psicóloga.

Recapitulemos: crianza respetuosa, ¿sí o no? La respuesta es sí, pero tengamos en cuenta que no todas las estrategias sirven para todos los casos. Lo ideal es intentar, buscar la opción correcta para cada familia y entender cada una de las realidades. Y ante la duda, recurrir a un profesional.

Los sobornos

“Si no terminás las tareas de la escuela, no podés jugar con la tablet”, “si no te portás bien, entonces no podemos ir a visitar a tu primo”, y un sinfín de frases que seguramente aún están en el repertorio de los cuidadores. Muchos padres aseguran que esta es la única forma de que los niños obedezcan y reaccionen, pero ellos no son tontos y este tipo de conductas les enseñan a ignorar hasta lograr un soborno.

Decir: ‘Te voy a comprar tal cosa para que te pongas el moño rosado’, porque mi objetivo es salir de la casa más rápido, es un arma de doble filo. No es una norma ni una regla, estoy queriendo convencerla a través de una estrategia no muy limpia”, explica Espínola. Y las amenazas cumplen ese mismo rol.

Gestión de emociones (para adultos)

Es crucial detenernos a pensar en la gestión de las emociones, sobre todo de los cuidadores. “Los niños, por su propia naturaleza, buscan la forma de sortear la norma, de saltarse las reglas, dar vuelta el seguimiento de la consigna si es que esta no le gusta”, menciona la psicóloga. Y agrega: “Igual que los adultos”.

Es una cuestión importantísima aprender a gestionar las emociones y entender que estas cosas no me las hace a propósito. No me está ‘buscando’ ni quiere que me enoje. El adulto es quien tiene que hacerse cargo de sus emociones y sus reacciones”, afirma la especialista. Contundente, ¿no?

También es importante entender las dinámicas de cada familia, de cada persona. “Hay días y días. Es clave normalizar un poco la función del ser humano y de sus emociones, aprender a perdonarnos”, indica Belén.

Muy fácil decirlo, pero, ¿cómo lo logramos? Los cuidadores deben entender que hay cosas que son normales y esperables para la edad de cada infancia. “El berrinche existe, siempre existió y va a existir durante un buen tiempo, no sirve de nada luchar contra eso porque es normal”, explica. “La idea es que el adulto aborde la situación de una manera mucho más positiva a partir de su propia regulación”, agrega.

Es esencial validar las emociones, tanto de los adultos como de los niños. “Podés decir, por ejemplo: ‘Enojate si querés, está bien. Gritá porque pasó tal cosa, pero no me pegues’”, argumenta. Ahí está presente esta validación, pero también hay límites claros.

Otro punto fundamental es aprender a comunicar. “El tono de voz, la postura, el cuerpo, toda la comunicación no verbal debe transmitir autoridad y que el límite es real”, aconseja. Y remarca que, muchas veces, la forma de expresión genera confusión en los niños. El objetivo es ser firmes y claros.

Primero, padres felices

Todo esto nos lleva al principio. ¿Cómo hacemos para congeniar todos estos factores (y más) de forma que seamos capaces de criar hijos felices? La respuesta es simple, en palabras de la especialista: “Primero, mamás y papás felices”. Según analiza, el trabajo a nivel emocional es fundamental. “Si queremos ser padres en algún momento, primero debemos tener resueltas muchas cosas emocionalmente; saber gestionar lo que sentimos para después transmitir eso”, menciona.

Los adultos saben que todos los días hay infinitas circunstancias con las cuales lidiar. “La felicidad es una cuestión abstracta, que va más allá del simple hecho de estar contenta o alegre hoy. Considero que en este caso se trata de crear personas funcionales que sepan sobrellevar cada situación en la vida”, finaliza. Y eso es lo que los cuidadores deben aprender.

Criar es amar

Para ello, la licenciada Belén busca trabajar estos temas de forma dinámica, con ejemplos de la vida cotidiana. “Busco describir pedacito por pedacito cada etapa que los niños van sorteando en su desarrollo, con estrategias que se pueden implementar”, afirma la experta.

Por Laura Ruiz Díaz.

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