Ciudades dormitorio desafíos de movilidad y la necesidad de infraestructura adecuada

• Las ciudades dormitorio de nuestro país enfrentan graves problemas de congestión vial y falta de infraestructura adecuada. Los flujos masivos de desplazamiento en horarios específicos revelan la urgente necesidad de mejorar el transporte público y la conectividad en la región metropolitana.
• La Encuesta de Movilidad del Área Metropolitana revela que el automóvil es el medio más utilizado, representando el 44.7% de los viajes, mientras que las motocicletas también ocupan un lugar destacado, con un 12.9%. Sin embargo, el transporte público sigue siendo insuficiente.
• Los principales picos de movilidad ocurren entre las 6 a 7 de la mañana y las 5 a 6 de la tarde, coincidiendo con los horarios laborales y educativos. Esta alta concentración de viajes en determinados momentos genera graves problemas de congestión y tiempos de traslados.

Las ciudades dormitorio, caracterizadas por ser zonas residenciales donde una gran parte de la población vive pero trabaja o estudia en otros lugares, se han convertido en un fenómeno creciente en nuestro país, especialmente en su área metropolitana. Este modelo urbano genera flujos masivos de desplazamiento, sobre todo en horarios específicos, lo que conlleva varios problemas como congestión vial, tiempos de traslado prolongados y una baja calidad de vida para sus habitantes.

En un intento por entender mejor estos patrones de movilidad, se llevó a cabo la Encuesta de Movilidad del Área Metropolitana de Asunción (AMA), un estudio clave que permitió recopilar datos esenciales sobre cómo, cuándo y por qué se movilizan los ciudadanos de Asunción y sus municipios aledaños. Esta información es fundamental para planificar el transporte y el desarrollo urbano de manera más eficiente y sostenible.

El análisis de los modos de transporte más utilizados en la región reveló que el automóvil es el medio preferido, con un 44 de cada 100 de los viajes realizados en este medio por los habitantes de Asunción y los municipios cercanos como Lambaré, Villa Elisa, San Antonio, Ñemby, San Lorenzo, Capiatá, Fernando de la Mora, Luque, Mariano Roque Alonso y Limpio. A pesar de este predominio del automóvil, los viajes a pie corto (21.4%) y en bus (15.3%) siguen siendo opciones relevantes, lo que indica que una proporción significativa de la población depende de la movilidad activa y el transporte público.

Además, un dato llamativo es el uso de motocicletas, con un 13 de cada 100 lo que refleja la necesidad de alternativas rápidas y económicas frente a los problemas de tráfico. Sin embargo, otros modos de transporte, como taxis, plataformas de transporte privado (2.7%), bicicletas (0.4%) y buses escolares o empresariales (0.3%), tienen una participación marginal, lo que sugiere que hay oportunidades para mejorar la infraestructura y promover estos medios de transporte más sostenibles.

Otro aspecto revelado por el estudio es la diferencia de patrones de movilidad entre hombres y mujeres. El trabajo es la principal razón de desplazamiento, 59 de cada 100 de los hombres y 41 de cada 100 de las mujeres viajando por motivos laborales. Sin embargo, las mujeres tienen una mayor incidencia de viajes relacionados con actividades como compras (15%), asistencia médica (8.9%) y estudios (8.9%), lo que subraya las diferencias de género en los hábitos de movilidad. Además, la baja participación en actividades políticas, sindicales o comunitarias (3 de cada 10 en mujeres y 1 de cada 10 en hombres) indica que estos desplazamientos no son una demanda significativa en la movilidad urbana.

El nivel socioeconómico también juega un papel crucial en los patrones de movilidad. En el nivel socioeconómico bajo (NSE 1), la mayoría de los hogares no tienen acceso a vehículos, mientras que en el nivel socioeconómico medio (NSE 2) se observa una mejora, pero aún existe una alta dependencia del transporte público y no motorizado. En el nivel socioeconómico alto (NSE 3), la mayoría de los hogares tienen acceso a vehículos privados, lo que refleja una clara relación entre el ingreso y la capacidad de acceso al transporte privado.

Los datos muestran picos significativos de movilidad en dos franjas horarias clave: de 6 a 7 de la mañana y de 5 a 6 de la tarde, con más de 262.000 y 270.000 viajes, respectivamente, coincidiendo con los horarios laborales y educativos. Esto resalta la sobrecarga de la infraestructura vial en estos momentos, lo que provoca largas filas de vehículos y tiempos de traslado extendidos. A su vez, en las horas nocturnas, los viajes disminuyen drásticamente, reflejando una menor actividad urbana fuera del horario laboral.

Los datos muestran que uno de los principales retos para la movilidad urbana en nuestro país es la falta de integración eficiente entre los distintos modos de transporte. La dependencia del automóvil refleja la insuficiencia del sistema de transporte público, que no logra satisfacer la creciente demanda de desplazamientos. La falta de infraestructura adecuada, junto con la baja frecuencia de los servicios, impulsa a los ciudadanos a preferir alternativas privadas como las motocicletas, menos costosas pero igualmente ineficientes.

Además, la falta de planificación adecuada en la expansión urbana ha sido un factor determinante en la crisis de movilidad. Muchas nuevas urbanizaciones han crecido sin considerar el acceso adecuado a las principales vías de transporte, lo que contribuye a la congestión en los horarios punta.

Para mejorar la situación, se hace urgente la inversión en transporte público e infraestructura vial. La planificación del sistema de transporte debe integrar mejor los distintos modos de transporte, de manera que se facilite la conectividad y la eficiencia de los desplazamientos. Una infraestructura adecuada y un sistema de transporte público más accesible y frecuente son fundamentales para reducir los tiempos de traslado, mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y hacer frente a los desafíos de las ciudades dormitorio en nuestro país.

Es claro que la mejora de la movilidad urbana debe ser una prioridad en la agenda de desarrollo del país para garantizar una ciudad más accesible, sostenible y eficiente para todos sus habitantes.