Cada vez menos mujeres eligen estudiar carreras tecnológicas
- Las mujeres representan menos del 20% del total de estudiantes de Tecnología e Informática, cuando en la década del 60 eran casi el 70%.
- Falta de información sobre las posibilidades laborales de estas disciplinas y estereotipos de género atentan contra una mayor presencia femenina en las áreas de Sistemas.
Clementina se llamó la primera computadora argentina, que comenzó a funcionar en la década del 60 en la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA. Por entonces, la flamante carrera de Computador Científico contaba con una amplia presencia de estudiantes mujeres (67%). En los 80, esa proporción bajó al 61%, en los 90 llegó al 46% y desde los 2000, no llega al 20% del total de la matrícula, según datos de la Secretaría de Políticas Universitarias del Ministerio de Educación. Según informo el digital cronista.com
¿Qué ocurrió con las mujeres?
Más allá del trágico destino de Clementina, destrozada por las fuerzas militares que ingresaron a la facultad en la Noche de los Bastones Largos (29 de julio de 1966), lo cierto es que las carreras tecnológicas en general, y la informática en particular, ya no resultan atractivas para ellas.
Un estudio de la Fundación Sadosky:
“Y las mujeres… dónde están?”, basado en una encuesta a 700 estudiantes secundarios de ambos sexos, destaca que, estando las carreras de informática entre las de mayor demanda laboral actualmente, “sólo un 22% de los encuestados manifestó su interés en estudiar estas disciplinas”. Entre ellos, un 33% de varones y apenas un 9% de mujeres.
“Las carreras de Informática ocupan para las mujeres el décimo lugar en un listado de 13 opciones”, de acuerdo al informe de la Fundación Sadosky. Entre los varones, computación e informática aparecieron entre tres primeras opciones. Las mujeres no sólo se sienten menos atraídas por las carreras tecnológicas, sino que se autoperciben menos hábiles para ellas. Al pedirles que autoevalúen su capacidad para hacer tareas de lógica y matemática, aprender autónomamente, y armar y desarmar objetos -todas habilidades ligadas a las disciplinas tecnológicas e informáticas-, las mujeres se consideraron menos capaces que sus pares varones.
En tanto, una reciente encuesta del sitio de trabajo freelance Nubelo sobre la participación femenina en profesiones tecnológicas e informáticas coincidió en que “existen muchos prejuicios que hacen que las mujeres no elijan estas carreras”. De acuerdo al sondeo, del que participaron 1.200 usuarias del sitio de entre 26 y 46 años en Argentina y otros cinco países de Iberoamérica, el 24% señaló que las mujeres no eligen este tipo de carreras “porque son muy difíciles debido al alto nivel de matemáticas”; un 20% dijo desconocer las posibilidades laborales que brindan y un 15% consideró que “las desarrolladoras de software no tienen vida social”.
Estas percepciones coinciden con las de la encuesta de Fundación Sadosky entre adolescentes. Cuando se les pidió a los estudiantes que describieran el perfil profesional de los desarrolladores de software, la mayoría los concibió como “varones, jóvenes, inteligentes, que trabajan mucho, usan anteojos y no son buenos para las conquistas amorosas”. En una palabra, para estudiar informática o sistemas hay que ser nerd.
El estudio concluye que “las representaciones sociales que alejan a las mujeres de la informática se hallan ya estabilizadas en la adolescencia (…). Resulta vital desarticular estereotipos y visibilizar historias de éxito de mujeres en campos tecnológicos e informáticos desde la escuela, a través de videojuegos, juguetes y representaciones de género en los medios masivos”, recomienda el informe.
En este sentido, existen iniciativas por parte de algunas organizaciones para impulsar el estudio de carreras tecnológicas entre las mujeres, o al menos reducir la brecha de género. Chicas en Tecnología (www.chicasentecnología.org) organiza desde hace dos años, con el apoyo de Cablevisión, el concurso “Programando un Mundo Mejor” para chicas de entre 13 y 16 años. En su edición 2016, 30 alumnas de 10 escuelas de la ciudad y la provincia de Buenos Aires, desarrollaron 30 aplicativos (apps) para resolver problemas como: alimentarse mejor en los recreos, intercambiar libros de texto o denunciar bullying.
En tanto, la organización Chicas Poderosas es una red que agrupa a más de 1200 profesionales y emprendedoras en tecnologías digitales, y ofrece capacitación y asesoramiento para que cada vez más mujeres se animen a estudiar y emprender en tecnología.