Beto Ovelar acrecienta su propia impopularidad

• El senador colorado oficialista, Silvio “Beto” Ovelar, viene atravesando por una etapa de resistencia ciudadana enorme, desde los inicios de la cuarentena sanitaria.
• A sus posturas “contra corriente”, a la línea política del mismo presidente Abdo Benítez, como en los casos de reducciones salariales y su oposición a esta iniciativa, se sumaron hechos nuevos, en la última semana.
• El pasado 4 de junio, se postuló unilateralmente a la presidencia del Congreso, a pesar de que Añetete ya contaba con candidato oficial. Este martes se vio obligado a retirar un proyecto de Ley, que pretendía disponer de los fondos jubilatorios del IPS.

Silvio “Beto” Ovelar Benítez, senador oficialista por el movimiento Colorado Añetete, que lidera el presidente de la República, Mario Abdo Benítez, desde el inicio de la cuarentena sanitaria por la pandemia de CoVid-19, viene soportando un acelerado proceso de desgaste a su imagen y figura política.

Esto quizá, se deba a que el principal artífice de esta situación, es el propio líder del movimiento regional “Jóvenes al Poder”, con años de arraigo, constituyendo un bastión electoral grandioso en el Departamento Caaguazú, consolidado en más de dos décadas, a través del feudo creado, como producto de los espacios de poder político y el abultado funcionariado estatal, empotrado en las instituciones gubernamentales de la zona.

Los primeros embates que debió enfrentar Ovelar, de los cuales siempre resultó “airoso”, empero a costa de la debilitación de su figura como actor político nacional, se vio allá por finales de marzo e inicios de abril, cuando el pueblo paraguayo reclamaba medidas concretas y acciones patrióticas para contrarrestar los efectos de la pandemia, tanto a nivel salud, como a las consecuencias económicas de toda la crisis generada.

Contrario a la línea de acción de presidente Abdo Benítez, de aplicar reducciones al sobrecargado presupuesto gubernamental de gastos corrientes, para pagos salariales y reducción de asignaciones a altos funcionarios de ministerios, entes públicos, binacionales y otros, “Beto” desoyó la iniciativa impulsada por el propio presidente, acompañado por integrantes de su bancada, de su partido Colorado e incluso sectores de oposición.

Al ya conocido lastre, que acompaña a Ovelar Benítez desde inicios de la gestión abdista, en agosto de 2018, con la vertiginosa designación de su esposa, Magnolia Mendoza Balmaceda, como directora jurídica de la entidad binacional Itaipú, con una asignación salarial de G. 100 millones, se sumó el voto en contra de los recortes salariales de privilegio en la función pública, por parte del exgobernador, devenido a senador de la Nación.

Con la apabullante derrota de Ovelar, o victoria de la iniciativa de acabar con los privilegios de los funcionarios estatales, por abrumadora mayoría de votos en el Legislativo, lo hizo merecedor del rechazo popular nacional, con el consecuente calificativo de dar “blindaje” al millonario salario de su consorte.

Buscando el rekutu en Senadores

En julio de 2018, a escasos 45 días de la asunción al mando de Abdo Benítez como presidente, “Beto”, en una jugada exquisita de cintura y negociación política, logró hacerse con la presidencia de la Cámara de Senadores, como candidato único, respaldado por su movimiento Añeteté, Honor Colorado, de Horacio Cartes y sectores liberales afines al cartismo, con un contundente apoyo de 26 votos, ante 19 abstenciones.

El pasado jueves 4 de junio, Ovelar probó suerte, buscando hacerse con el sillón presidencial de la Cámara Alta, en un arrebato de individualismo, se postuló, en contra incluso de la decisión movimentista del abdismo, con respaldo mayoritario de los senadores carlistas e incluso liberales y de otros partidos, de postular a Oscar “Cachito” Salomón, para presidente del Senado.

El resultado; una vez más Ovelar remando contra la corriente, su postulación logró nada más que seis votos, incluyendo el suyo, quedando muy por detrás de Fidel Zavala, quien logró 11 votos, superado también por Salomón, quien sumó 11 respaldos.

Al subversivo intento del ovetense, Beto Ovelar, de volver a ser presidente del Congreso se sumaron sus colegas colorados, Arnaldo Franco, Sergio Godoy, Antonio Barrios y Zacarías Irún, del cartismo, en tanto Enrique Bachetta, de Añeteté, lo votó.

La última de Beto Ovelar

Paradójicamente, en medio de toda la crisis, embates y repercusiones sociales, populares, pero por sobre todo; económicos, a consecuencia de la pandemia del CoVid-19, antes que propugnar medidas y acciones tendientes a fortalecer o robustecer su figura política, Ovelar Benítez presentó, el pasado 26 de mayo, un polémico proyecto de Ley.

Bajo el título de proyecto de Ley que; Establece disposiciones transitorias supeditadas a la vigencia de la Ley N° 6.524/20 y sus modificatorias, y disposiciones que modifican el decreto Ley N° 1.860/50, aprobado por Ley N° 375/56 que modifica el decreto N° 17.071/43 de creación del Instituto de Previsión Social, el senador colorado solapadamente pretendía echar mano, desde el gobierno central a los recursos del organismo previsional.

Y es que, el documento no trascendió sino, hasta recién las últimas horas de la presente semana, generándose la avalancha de reacciones adversas a la pretensión del legislador, quien bajo el argumento de la necesidad financiera por la que hoy atraviesa el Estado, plantea destinar los fondos jubilatorios de IPS, para gastos corrientes, es decir, pago de salarios de los funcionarios gubernamentales.

Este martes 9 de junio, al filo del mediodía, Silvio Ovelar se vio obligado a tener que retirar el desatinado proyecto de Ley, que generó cuanto menos una oleada cibernética de manifestaciones vía redes sociales, al igual que una manifestación vehicular con bocinazos y caravana, en contra, por la costanera de Asunción.

Con esta iniciativa, Ovelar de vuelta evidenció su aparente falta de interés hacia las reacciones ciudadanas, subestimando tal vez, la postura que el pueblo podría asumir ante su proyecto legislativo o quizá, pensando en la indiferencia ciudadana, ante algo de tamaña magnitud.

Los aportantes, asegurados, jubilados y pensionados de IPS levantaron su voz y lograron una aparente retrera de “Beto”.

Ovelar una vez más queda mal parado en medio de toda esta pandemia y sus repercusiones en la administración pública, quién sabe, si por Lotus propio, desinteresado en las consecuencias, o como el kamikaze de Añeteté, acatando órdenes o intentonas que pudieran provenir del propio gobierno, agazapado, como un arquero, sin tener ya mucho que perder, según muchos lo analizan.