Admiten cálculo desfasado y poco realista del salario mínimo
- El viceministro de Trabajo, César Segovia, admitió que el método actual para calcular el salario mínimo incluye productos que no forman parte del consumo real de los trabajadores.
- El Índice de Precios al Consumidor (IPC) mide incluso bienes de lujo, lo que distorsiona el reajuste salarial y mantiene desprotegido el poder adquisitivo.
- El ministro de Economía, Carlos Fernández, también reconoció que la fórmula actual no refleja la verdadera inflación en alimentos, principal gasto de las familias.

El reajuste del salario mínimo en Paraguay está basado en un indicador que, según autoridades del propio Gobierno, ya no refleja con precisión la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores. Así lo reconoció el viceministro de Trabajo, César Segovia, quien admitió públicamente que existe un desfase entre el cálculo salarial y la inflación real que afecta a los asalariados.
“El índice de precios al consumidor (IPC) que utiliza el Banco Central del Paraguay no representa lo que verdaderamente siente en el bolsillo quien vive del salario mínimo”, expresó Segovia, al tiempo de señalar que se está revisando el método en la mesa de política salarial junto con las centrales sindicales, el Banco Central y la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Según detalló, el IPC actual contempla una canasta muy amplia que incluye productos y servicios que no forman parte del consumo habitual de los trabajadores de bajos ingresos. “Durante las reuniones identificamos que se consideran bienes que no impactan en los asalariados, como pasajes de avión o artículos de alta gama”, afirmó el viceministro.
La revisión del método se da en un contexto de inflación acumulada del 4% entre junio de 2024 y mayo de 2025. En ese marco, la próxima semana se convocará al Consejo Nacional de Salarios Mínimos, que deberá analizar la situación y proponer un eventual ajuste al Poder Ejecutivo.
El problema, sin embargo, va más allá del índice en sí. El propio ministro de Economía y Finanzas, Carlos Fernández Valdovinos, reconoció que la inflación alimentaria ha sido mucho más agresiva que el promedio general de precios. “Existe un gran desfasaje entre el IPC y el aumento de precios de los alimentos, que fue muy superior”, admitió.
Entre 2021 y 2022, los precios de los alimentos llegaron a subir un 20 % anual. Aunque ese ritmo se frenó, los valores no retrocedieron. “Supongamos que estaba en 100, luego subió a 122, pero nunca llegó a reducirse, se estancó en 122, y creo que esto es lo que estamos sintiendo ahora”, explicó Fernández Valdovinos en una entrevista con Gen.
Además, el ministro insistió en que el reajuste anual del salario mínimo no compensa esta realidad. “Al que gana salario mínimo, se le ajusta el sueldo por el IPC general. Eso, en un determinado momento, alcanzó un 4 o 6 %, mientras que el precio de los alimentos subió 20 %, entonces el desfasaje respecto al principal producto que uno consume, que son los alimentos, es bastante elevado”, concluyó.
El debate está abierto y, por primera vez en mucho tiempo, las propias autoridades admiten que la fórmula vigente podría estar empobreciendo aún más a quienes viven con el ingreso mínimo legal.