Abogado de ovetense víctima de violencia en Hernandarias lamenta inacción de instituciones

  • Ana María Verena Barrios Correa, víctima de violencia doméstica, clamó por ayuda para hacer cumplir medidas de protección contra su agresor, Emilio Enrique Núñez Álvarez, quien no respeta la orden de exclusión del hogar y alejamiento dictada por la jueza de paz de Hernandarias.
  • Barrios Correa se ve obligada a encerrarse en una habitación de su casa ubicada en el Country Club de Hernandarias, mientras Núñez Álvarez la asecha, incumpliendo la medida de restricción.
  • A pesar de la intervención policial, el agresor se encerró en la casa, amenazando y amedrentando a la víctima junto con su hermano.
Andrés Álvarez, representante legal de la ovetense víctima de violencia en Hernandarias. || Cortesía

Un oscuro drama de violencia doméstica es el que vive una mujer oriunda de Coronel Oviedo en la ciudad de Hernandarias, departamento de Alto Paraná, donde se ponen en evidencia las falencias en la protección de las víctimas y el cumplimiento de las medidas judiciales, denunció el abogado Andrés Álvarez.

Ana María Verena Barrios Correa, se encuentra en el epicentro de esta historia marcada por el miedo, la desesperación y la falta de respuesta por parte de las autoridades. “¿Qué es lo que tiene que pasar para que vengan a protegerme, me tienen que matar?”, cuestionaba ayer la víctima durante una intervención policial, luego de que su expareja, Emilio Enrique Núñez Álvarez la violentara física, verbal y psicológicamente, a más de echarla de su propia casa.

“Además de ser revictimizada por su expareja y su excuñado, fue revictimizada por el sistema judicial y policial ante los improperios recibidos durante los años de matrimonio y lo que ayer se produjo, como desenlace”, lamentó su representante legal en contacto con el programa Hablando Claro emitido por Radio Mundo Sol.

Todo comenzó hace más de una década, cuando Ana María inició una relación con Emilio Enrique Núñez Álvarez, propietario de una conocida casa de apuestas. Juntos formaron una familia, compartiendo su hogar con dos hijos pequeños. Sin embargo, en octubre pasado, Emilio debió abandonar el hogar ya por un episodio de violencia, dejando a Ana María al cuidado de sus hijos. Uno de ellos requería tratamiento médico en Buenos Aires que la madre cumplió entre el 10 y el 18 de marzo pasados.

El regreso de Ana María de su viaje coincidió con una pesadilla. Emilio tomó la casa durante su ausencia y al volver la recibió con violencia, echándola de la casa a golpes de puños y patadas, según la denuncia formulada por la afectada. A partir de entonces, la vida de Ana María se convirtió en un calvario.

A pesar de las reiteradas denuncias de Ana María al denunciar los abusos sufridos, la justicia parecía no ser suficiente para detener a su agresor. Pese a las medidas de protección dictadas por la jueza de paz de Hernandarias, Ignacia Mabel Escobar Paredes, que incluían una orden de exclusión del hogar y alejamiento, Emilio continuaba merodeando la casa familiar, ignorando las disposiciones judiciales.

El punto más álgido de esta historia se vivió recientemente, cuando Ana María, temerosa por su seguridad, se vio obligada a encerrarse en una habitación de su casa, pidiendo auxilio a la subcomisaría local. Sin embargo, la respuesta de las autoridades no fue la esperada, dejando a Ana María a merced de su agresor.

Tras una audiencia de ratificación de la denuncia, la magistrada resolvió medidas de alejamiento en favor de Barrios Correa, incluyendo la exclusión del hombre del Country Club y la sustitución de ella en la casa familiar. A pesar de esto, Núñez Álvarez hizo caso omiso a las resoluciones y se atrincheró en la vivienda, amenazando y amedrentando a la víctima junto con su hermano, quien también se encontraba en la casa.

“Acá la orden judicial era excluirlo del hogar y restituir a la mujer, ellos entendían que ante la negación de la persona se tenía que hacer un informe de que no se quiere retirar y que se le tiene que procesar por desacato. Ellos tenían que haber cumplido la orden judicial incluso usando la fuerza pública de ser necesario”, agregó Álvarez cuestionando el actuar de la policía y la fiscalía quienes aseguró debían actuar de oficio.

En principio la Policía Nacional le intimó a sacar en media hora sus pertenencias, pero posteriormente el hombre se encerró en la casa y ya no abrió la puerta. “La señora tuvo que valerse de unas llaves e ingresar por la parte de atrás y nuevamente fue víctima de violencia verbal y psicológica. A las 18:00 se retira y le deja a su hermano dentro de la casa, quien siguió amenazando y amedrentando a la víctima. Hoy a las 6:30 se retiró el hecho, tras la denuncia contra su excuñado”, detalló el letrado.

“Lastimosamente no tiene ninguna garantía. Ella fue olvidada por el sistema jurídico, judicial y policial. En vano se hacen esas campañas de concienciación, la mujer y todo el disparate que tratan de pregonar desde las instituciones. Esta persona por el poder económico que tiene, cree que puede avasallar las resoluciones y hacer lo que él quiera”, se quejó finalmente el abogado.

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