Abandonados por las autoridades: niños caminan descalzos 14 kilómetros para llegar a una escuela del Caaguazú
- La comunidad Yvy Santa Rita, en Nueva Toledo, enfrenta la falta de infraestructura y recursos para educar a sus niños, quienes deben caminar entre 14 y 15 kilómetros muchas veces descalzos para llegar a la escuela.
- La escuela de Yvy Santa Rita lucha por ampliar su oferta académica a séptimo, octavo y noveno grado, mientras los niños deben sortear un extenso camino de tierra roja para acceder a la educación.
- Al terminar el sexto grado, la única opción que tienen es migrar a otras zonas de la ciudad, la más cercana a otros 15 kilómetros.
La comunidad indígena Yvy Santa Rita, en el distrito de Nueva Toledo, situada a 14 kilómetros del centro de la ciudad, lucha día a día con una realidad desgarradora: la falta de infraestructura y recursos que les permitan ofrecer una educación adecuada a sus niños y adolescentes.
En medio de condiciones deplorables en los caminos que los conectan con la escuela, la falta de atención por parte de las autoridades educativas agrava su situación de la institución que dista a unos 150 kilómetros de la capital departamental.
En un pequeño rincón del departamento Caaguazú, la Escuela N.° 5850 Ycua Arandu brinda educación desde preescolar hasta sexto grado a 126 alumnos distribuidos en dos turnos. Sin embargo, su director, Simeón Duarte aseguró en contacto con el programa Hablando Claro emitido por Radio Mundo Sol que enfrentan desafíos enormes para mantener la escuela funcionando. “El año pasado pedimos la habilitación del séptimo grado, pero no nos hicieron caso”, lamentó.
El director sostuvo que en reiteradas ocasiones solicitaron apoyo a la dirección departamental del Ministerio de Educación y Ciencias a cargo de la docente Perla Argüello, pero que nunca recibieron apoyo por parte de las autoridades.
Los niños de Yvy Santa Rita deben recorrer entre 14 y 15 kilómetros a pie para llegar a la escuela, un trayecto aún más difícil cuando las lluvias tornan los caminos intransitables. Para evitar el desgaste prematuro de sus calzados, muchos de ellos caminan descalzos, una imagen que refleja la dura realidad que enfrentan.
La institución fundada en 1996 se erige como el único bastión educativo en una comunidad de 150 familias agrícolas y clama por atención. “Queremos que las autoridades conozcan nuestra realidad porque es muy triste”, expresó el director.
Mencionó además que convocaron a una reunión de padres para solicitar un transporte adecuado teniendo en cuenta las situaciones de riesgo incluso que enfrentan muchos niños al salir a la calle a muy tempranas horas de la mañana, con el objetivo de llegar a hora a las aulas. También debatir sobre la necesidad de abrir los grados séptimo, octavo y noveno.
A pesar de los obstáculos, la escuela sigue brindando enseñanza, siendo la alimentación y los kits escolares los únicos recursos recibidos del Estado, pero la apertura de los cursos de la educación media, es un deseo que aún no se ha cumplido. Una vez culminada su educación inicial, la más cercana es Santa Teresa, donde tienen que optar si continuar o no sus estudios.