Nuestro país enfrenta riesgo de colapso energético en 2030
- Nuestro país enfrenta un posible colapso energético en 2030 si no incorpora nuevas fuentes de generación, advierten la ANDE y la UIP.
- La ANDE proyecta una demanda de 11.000 MW para 2043 y prepara un plan maestro que incluye paneles solares, baterías y pequeñas hidroeléctricas.
- Aunque se anuncia una planta solar de 140 MW, expertos advierten que su impacto será limitado frente a la creciente demanda energética del país.

Las alarmas se encendieron en nuestro país tras publicaciones que advierten sobre un posible colapso energético en 2030. La Administración Nacional de Electricidad (ANDE) asegura tener un plan sólido para evitar la crisis, mientras que la Unión Industrial Paraguaya (UIP) critica la falta de inversiones históricas en el sector.
El presidente de la ANDE, Ing. Félix Sosa, explicó que la institución ya proyecta la demanda eléctrica nacional hasta 2043 y cuenta con un plan maestro para cubrir las necesidades futuras. Actualmente nuestro país dispone de 8.670 megavatios (MW) de potencia instalada a través de las centrales hidroeléctricas de Itaipú, Yacyretá y Acaray. Sin embargo, se estima que para 2043 se necesitarán al menos 11.000 MW.
“El crecimiento del consumo de energía es una buena señal económica, pero también un reto técnico”, afirmó Sosa. Solo en 2024, el aumento fue del 18%, el más alto del mundo, lo que, según la ANDE, demuestra que la red está preparada. No obstante, Sosa advirtió que si no se comienzan a incorporar nuevas fuentes de generación este mismo año, el sistema podría colapsar antes de 2030.

Entre las acciones en marcha, destacó la próxima licitación de una planta solar fotovoltaica de 140 MW en el Chaco, pendiente de la modificación de la Ley 6977 sobre energías renovables. Este proyecto forma parte de las cuatro opciones que maneja la ANDE para diversificar la matriz energética: paneles solares, bancos de baterías, pequeñas hidroeléctricas y nuevas alianzas binacionales con Argentina para construir represas adicionales.
Las llamadas opciones “soberanas”, que dependen exclusivamente de nuestro país, son las más inmediatas, e incluyen la combinación de paneles solares y baterías, así como la construcción de pequeñas hidroeléctricas en 22 puntos identificados del país. Sin embargo, estos proyectos requieren tiempo, inversión y modificaciones legales para avanzar.
Desde la UIP, el jefe economista Julio Fernández fue contundente al advertir sobre la falta de decisiones estratégicas durante las últimas décadas. “Estamos consumiendo el excedente y si no se invierte ya, no habrá tiempo suficiente para evitar el desequilibrio en 2030”, alertó. Fernández recordó que, mientras países como Brasil y Uruguay expandieron su capacidad de generación, nuestro país mantuvo prácticamente la misma infraestructura desde los años 90.
El economista advirtió que, si el crecimiento anual del consumo continúa al 9%, el país alcanzará su punto crítico en 2030, cuando la demanda iguale a la oferta. Las consecuencias serían severas: apagones frecuentes, parálisis industrial y una desaceleración económica significativa.
Además, Fernández subrayó que incluso con la planta solar anunciada, el impacto sería limitado. “Con batería, representa el 10% de una turbina de Itaipú, y cada año estamos consumiendo el equivalente a media turbina”, explicó.
Ambas partes coinciden en que la solución no será inmediata, ya que la construcción de nuevas fuentes de energía puede demorar hasta una década. Las pequeñas hidroeléctricas en ríos internos son vistas como una alternativa viable, pero implican una inversión mínima de 1.400 millones de dólares.