Según médico tratante el Papa Francisco estuvo al borde de la muerte
- La salud del Papa Francisco estuvo en grave riesgo durante su hospitalización por neumonía bilateral. Según su jefe médico, la decisión de seguir adelante con el tratamiento fue crucial para su recuperación.
- Tras pasar 38 días en el hospital Gemelli de Roma, los médicos del Papa revelan los momentos de tensión máxima en los que se temió por su vida.
- El líder del Vaticano, de 88 años, sigue bajo tratamiento tras una crisis respiratoria que casi le costó la vida. La decisión de los médicos de continuar con el tratamiento fue clave en su recuperación.

El Papa Francisco estuvo muy cerca de morir en los últimos días de su hospitalización en Roma. Según reveló Sergio Alfieri, jefe del equipo médico que atendió al líder del Vaticano en el hospital Gemelli, la situación de salud del Papa fue crítica, y los médicos se enfrentaron a una difícil decisión: “Tuvimos que elegir entre parar ahí y dejarlo ir, o seguir adelante y aplicar todos los medicamentos y terapias posibles”, comentó Alfieri en una entrevista publicada el 25 de marzo de 2025.
La crisis de salud de Francisco comenzó el 14 de febrero, cuando ingresó al hospital por una bronquitis que derivó en neumonía bilateral. Este tipo de neumonía es especialmente grave para una persona de su edad y antecedentes médicos, como la pleuresía que sufrió en su juventud y la extirpación de parte de un pulmón. El 28 de febrero, Francisco sufrió una grave crisis respiratoria en la que estuvo a punto de atragantarse con su propio vómito, un momento crítico que hizo temer por su vida.

Alfieri destacó que “existía un riesgo real de que no sobreviviera”. Sin embargo, el equipo médico decidió seguir adelante con el tratamiento, a pesar de los riesgos que esto implicaba para sus otros órganos. “Al final, optamos por este camino”, explicó el doctor. Esta decisión, que pudo haber marcado la diferencia entre la vida y la muerte, permitió al Papa comenzar su recuperación después de semanas de incertidumbre.

Ahora, Francisco, de 88 años, ha regresado al Vaticano, aunque su proceso de recuperación continúa. El Papa sigue bajo tratamiento farmacológico y realiza fisioterapia, especialmente rehabilitación respiratoria, para recuperar completamente el uso de la respiración y el habla. A pesar de los avances, su pronóstico sigue siendo reservado, y se espera que permanezca convaleciente durante al menos dos meses tras esta grave crisis de salud.
Durante los días más críticos de su enfermedad, el Papa estuvo rodeado de un equipo médico altamente calificado, que estuvo a la altura de la situación, tomando decisiones clave para garantizar su supervivencia. A lo largo de su tratamiento, Francisco demostró una fortaleza notable, aunque su salud sigue siendo frágil, y los médicos continúan monitoreando su evolución.

La crisis de salud que enfrentó Francisco fue la más grave desde que asumió el papado en 2013. Su regreso al Vaticano marca un hito en su recuperación, pero también deja en evidencia los momentos de gran angustia que atravesó el Vaticano y el mundo católico mientras esperaban noticias sobre su estado de salud.