Con UPD solidario, estudiantes llevan esperanza y alimentos al Hospital Regional de Coronel Oviedo
- Estudiantes del 3° Año del Bachillerato Técnico en Informática del Colegio Nacional E.M.D. San Roque González de Santacruz, turno tarde, realizaron una emotiva jornada solidaria en el Hospital Regional de Coronel Oviedo.
- Acompañados por docentes y padres, llevaron alimentos no perecederos y artículos de higiene a los pacientes internados, con el objetivo de brindar apoyo a quienes más lo necesitan.
- Algunos se emocionaron al escuchar las historias de los internados, mientras otros compartieron palabras de aliento y compañía.
El pasillo del Hospital Regional de Coronel Oviedo se llenó de jóvenes voces y sonrisas este viernes, cuando un grupo de alumnos del 3° Año del Bachillerato Técnico en Informática del Colegio Nacional E.M.D. San Roque González de Santacruz, turno tarde, llegó con manos llenas y corazones dispuestos. Acompañados por sus profesoras Perla Bobadilla y Romina Mussi, así como por padres de familia, los estudiantes realizaron una entrega de alimentos no perecederos y artículos de higiene a los pacientes internados.
La iniciativa, que nació días antes entre los propios estudiantes y docentes, tenía un propósito claro: llevar un mensaje de solidaridad y empatía a quienes atraviesan momentos difíciles. Con organización y compromiso, durante la semana reunieron productos esenciales como yerba, azúcar, leche, fideos, coquitos, agua mineral, gaseosas, tortas secas y artículos de higiene personal. Todo fue cuidadosamente clasificado en cajas y canastas, listas para ser distribuidas.
Al llegar al hospital, fueron recibidos por la licenciada Karen, quien los guió por las distintas salas. Los estudiantes entregaron los alimentos y conversaron con los pacientes, quienes les agradecieron con sinceras sonrisas. “Nos comentaron que muchas veces les falta agua y otras necesidades básicas, así que para nosotros fue importante poder aportar con un granito de arena”, mencionó Perla a OviedoPress.
Más que una simple donación, la actividad buscó despertar en los jóvenes una reflexión profunda sobre la realidad de muchas familias que enfrentan la enfermedad con recursos limitados. “Queríamos que ellos vean, que comprendan la importancia de ser solidarios, de estar atentos a las necesidades del otro”, señaló la profesora Bobadilla.
El momento más emotivo fue ver a los estudiantes, acostumbrados a las pantallas y códigos informáticos, dejando de lado sus cuadernos para extender una mano amiga. Algunos intercambiaron palabras de aliento con los internados, otros se conmovieron con las historias que escucharon. Fue, sin duda, una lección de vida que quedará en sus recuerdos mucho más allá del aula.
Al caer la tarde, el grupo se despidió con la satisfacción de haber hecho una diferencia, aunque fuera pequeña, en la vida de quienes los recibieron con gratitud.
