Ovetense y su madre conquistaron el Festival Intercultural de Galicia, España, con un suculento vorí vorí

• El vorí vorí, la mejor sopa del mundo, volvió a ser protagonista, esta vez en un rincón de Galicia, donde las tradiciones se mezclaron con las de la tierra española.
• Emmy Fernández y su madre, doña Edita, cautivaron a los asistentes con el vorí vorí, junto con un grupo de cocineras, presentaron lo mejor de la gastronomía guaraní.
• El suculento planto fue preparado por doña Edita viuda de Fernández con ingredientes frescos cultivados en su propia casa, en Galicia.

Bajo un brillante cielo posterior a un día lluvioso, con el calor de la hermandad y el orgullo de su tierra, ocho mujeres paraguayas se unieron para llevar lo mejor de nuestra cultura culinaria al Festival Intercultural de Galicia, España. En su décima edición, este encuentro organizado por el concello de Santiago de Compostela fue un viaje a través de sabores y tradiciones que traspasaron fronteras, uniendo continentes mediante la gastronomía.

Entre ellas, destacaban Emmy Fernández, oriunda de Coronel Oviedo, y su madre, doña Edita viuda de Fernández, quienes conquistaron los paladares españoles con el suculento vorí vorí, la sopa recientemente coronada como la más rica del mundo. “Ellos son los que te dan el dinero para que se haga lo típico de tu país. Y después de eso se degusta. Se le invita al que quiere comer, viene y come. El Concello de Santiago que sería como nuestra municipalidad, ellos son los que hacen ese evento”, puntualizó Fernández en contacto con OviedoPress Multimedios.

Emmy, quien lleva 19 años viviendo en la Madre Patria, no solo llevó consigo la receta tradicional de la sopa, sino también el amor por los sabores de su infancia y las enseñanzas culinarias que su madre le inculcó. Doña Edita, de 64 años, quien llegó a Galicia tres años después de su hija, no perdió el toque de la cocina paraguaya y fue la encargada de preparar el famoso vorí vorí.

Cada bocado llevaba consigo el aroma y sabor del Paraguay, enriquecido con ingredientes traídos desde su finca en Galicia, como el orégano que ella misma cultivó.

En un rincón de Santiago de Compostela, las cocineras paraguayas, Miriam Cecilia Silva Cáceres, Nidia Aquino, Eli Aponte, Norma Baeza Amarilla, Lili Ocampos y Zuni, ofrecieron una explosión de sabores que despertaron el interés de los asistentes.

El vorí vorí, la sopa paraguaya, el chipa guazú y el clericó formaron parte del menú que transportó a cientos de comensales a las raíces del corazón guaraní. También hubo empanadas, cocido quemado y chipa almidón, elaborados por manos que, aunque en suelo gallego, llevan en su corazón la esencia del Paraguay

El domingo 8 de septiembre fue un día especial para Paraguay en Galicia. Las filas de personas ávidas por probar los platos no se detuvieron. Españoles, junto con otros europeos y latinoamericanos, no solo degustaron los sabores, sino que también aprendieron sobre la cultura detrás de cada plato.

Los comentarios sobre el vorí vorí no tardaron en llegar: “Encantados”, fue la palabra más repetida por Emmy en contacto con OviedoPress Multimedios para definir cómo quedaron todos luego de probar el sabroso vorí. “Los gallegos son personas reservadas, pero venían a repetir, y decían que realmente podían llamarla la mejor sopa del mundo”, expresó Emmy con una sonrisa.

El secreto de ese éxito no solo reside en los ingredientes cuidadosamente seleccionados, sino en la dedicación y el amor con que se prepararon.

Doña Edita se esmeró para que al vorí vorí no le faltara nada: desde la harina de maíz hasta el queso gallego, que tiene un sorprendente parecido con el queso paraguay, explicó. Incluso las verduras como el zapallo fueron cultivadas también en casa de Edita.

El festival fue más que un evento gastronómico. Fue un espacio para compartir, para romper barreras y para demostrar que la comida tiene el poder de unir a las personas. “La idea de estas actividades es contra el racismo, para unirnos entre todos y con ellos también, con los españoles”, indicó Emmy. Y lo lograron, cada plato servido, cada sonrisa compartida y cada gesto de gratitud hizo que la distancia entre Paraguay y España se desvaneciera, aunque solo fuese por unas horas.

El stand paraguayo fue el primero en agotar su comida. Se sirvieron unas 200 tapas de vorí vorí, y aunque los últimos platos contenían porciones más pequeñas, la demanda no disminuyó. La satisfacción en los rostros de los comensales, tanto nacionales como extranjeros, fue el mayor premio para las cocineras.

“Todo el mundo quería, querían más. Muy gratificante compartir y bailamos y cantamos. Hay chicas que bailan nuestras músicas, chicas que son de acá, pero de La Coruña, y las hijitas que ya son españolas, bailaron las músicas paraguayas”, detalló Emmy.

El vorí vorí, símbolo de la cocina paraguaya, fue más que un plato. Representó la conexión de una comunidad que, pese a la distancia, mantiene viva su cultura y tradiciones. “Hasta pusimos código QR allí para que la gente entre a ver los del premio de la mejor sopa. Y vos sabés que venían y le traían a otras personas para poner el código QR, informarse, o hacernos escribir bien en el YouTube para quedarse con la receta para ellos poder preparar. O sea, eso es maravilloso, de verdad”, refirió con emoción la ovetense.

Emmy y su madre, junto con el grupo de mujeres que participaron, demostraron que llevar Paraguay en la piel y en el corazón es algo que trasciende fronteras. “Nuestro grupo de paraguayos en Galicia siempre está para ayudar, y siempre llevamos a Paraguay en todo lo que hacemos”, concluyó Emmy, con la satisfacción de haber brindado a los asistentes del festival una pequeña probada de su patria.