¿Riera estaba en pedo?
El primer presidente de la transición en Argentina, Raúl Alfonsín, dijo en su día que “con la democracia se come, se cura y se educa”. Han pasado treinta y dos años de aquella afirmación. Entre tanto, en Paraguay, seguimos escuchando, de boca de nuestros padres que, con Stroesner vendías un kilo de algodón y comprabas muchos kilos de carne. Por lo menos el mío, un agricultor de los de machete y azada, vive con esa nostalgia.
Por: Nilsa Maíz – @aslinmg
También cuentan que, en época de Stroesner, se podía dormir tranquilamente con las puertas abiertas, porque no había inseguridad. Cómo se lograba eso ya es otro cantar, pero es un punto que a nadie le importa, por algo Bukele es el líder político con mayor índice de aprobación en toda América Latina.
Al Ministro del Interior, Enrique Riera, se le ocurrió decir que Paraguay es uno de los países más seguros de la región. ¿Para qué luego? Uno de sus propios correligionarios, el Diputado Roberto González, se llevó las manos a la cabeza y lo trató de borracho. Lo hizo sin más, así a la bilonga, sin datos ni argumentos.
Si revisamos las mediciones internacionales, en la que destaca el último informe Latinobarómetro, vamos a comprobar que Riera tiene razón. La mala noticia es que somos los más seguros entre los inseguros, países como Ecuador, Venezuela o México nos llevan la delantera.
La falta de seguridad ciudadana es un denominador común en los países latinoamericanos, la consecuencia directa es la pérdida progresiva de legitimidad de la democracia, porque los Estados no logran garantizar tal condición que forma parte de sus funciones más elementales.
Paraguay es uno de los países más insatisfechos con el funcionamiento de la democracia, superado solo por Ecuador y Perú. La preocupante correlación puede observarse al comprobar que Ecuador es el país con mayor percepción de inseguridad y es el segundo país con menor satisfacción con el funcionamiento de la democracia.
El Departamento de Caaguazú no escapa a esta situación. Aunque no se cuente con datos oficiales, las crónicas periodísticas muestran, día a día, un nivel de inseguridad que, tanto en la percepción como en la realidad, tiene visos de crecimiento progresivo en cada uno de sus veintidós distritos.