Funcionaria denunció que sorprendió a defensor del Pueblo tras acto sexual con dos compañeras
- La abogada Nilda Pintos manifestó que ingresó al despacho de su jefe y se percató del “olor a sexo”, luego vio a sus compañeras salir y al defensor, Rafael Ávila arreglándose los pantalones e intentando ocultar evidencias de lo ocurrido.
- Pintos afirmó que desde ese momento sufre hostigamiento y maltratos por parte de Ávila y las dos mujeres, la denuncia presentó al fiscal general del Estado, Emiliano Rolón Fernández.
- El defensor del Pueblo se defendió y dijo que la víctima en este caso es, en realidad, él.
La denuncia que tiene por fecha el 7 de diciembre salió a la luz ayer. Una funcionaria de la Defensoría del Pueblo afirma ser víctima de hostigamiento y persecución por parte de su jefe, el defensor del Pueblo Rafael Ávila Macke, como también de dos compañeras a quienes, supuestamente, sorprendió saliendo de la oficina del primero tras mantener relaciones sexuales con él.
Nilda Pintos, de profesión abogada, presentó su queja formal ante el fiscal general del Estado Dr. Emiliano Rolón Fernández por coacción y coacción grave.
En su nota la funcionaria declara que desde la fecha 25 de julio del presente año estando en periodo de gestación y posterior a su alumbramiento sufrió denigraciones por parte de Ávila quien hasta se refirió sobre ella como “leprosa” y le prohibió acceder al sanitario que se encuentra cerca de su oficina. Detalla incluso, que le despojó de sus herramientas de trabajo y ordenó que las personas que tengan contacto con ella, tendrían graves problemas.
De acuerdo con su relato ella se desempeñaba como directora especializada en atención penitenciaria, pero pasó a ser telefonista. Todo esto, debido a que en la citada fecha fue tropezó con el episodio sexual en la oficina del defensor.
Ese día cerca del mediodía relata que ingresó a la antesala del despacho, donde percibió un extraño olor. “Lo único que hice fue rogarle a Dios que no sea lo que estaba pensando”, escribió en su denuncia.
Al ingresar escuchó música y risas, tocó la puerta y rápidamente salieron del interior dos compañeras “llevando aparentemente su ropa interior en mano”, detalló la afectada, asegurando que no sabía si era un pequeño bikini o un pañuelo rojo.
Seguidamente, entró al despacho de su jefe y lo encontró con el cierre medio abierto tratando de acomodarse el pantalón. En eso, intentó ocultar con el pie un preservativo y un juguete sexual.
“Nunca voy a olvidar esta escena que tristemente me tocó observar. La escena tan grotesca que el Sr. Rafael Ávila estaba con una sola media y había un olor a sexo y sudor que hasta hoy día me ha dejado tremendos traumas psicológicos”, señaló Nilda.
Luego, el defensor le echó de la oficina advirtiendo que allí “no vio nada”.
En contacto con medios capitalinos, Ávila negó rotundamente las acusaciones, asegurando que existen varias denuncias falsas hechas por la misma funcionaria en su contra en varias instituciones públicas. Según el defensor, la víctima de las circunstancias es él.
