Irresponsabilidad ciudadana e inacción institucional en el desorden urbano
- Coronel Oviedo crece en movimiento, población, actividad comercial y tráfico vehicular, pero de manera desordenada generando peligro real.
- La prepotencia, irresponsabilidad e ignorancia de los conductores, peatones y de los propios agentes de tránsito con combinaciones que perjudican al orden de una ciudad que pretende avanzar.
- No existen criterios ni sentido común en nadie que circule por la ciudad y lejos de mejorar, cada vez es peor y surge la pregunta, ¿De quién depende y responsabilidad de quién es tener una ciudad ordenada y segura?
El desorden urbano se evidencia más en estas fechas en que la ciudad registra mayor movimiento comercial, de personas y vehículos. Todos se sienten con derechos y se olvidan que tienen obligaciones, principalmente automovilistas y motociclistas.
La foto que se observa más arriba es evidencia de que no importan los demás con tal de que yo logre estacionar mi vehículo. Probablemente los motociclistas saben que nadie les va a reclamar o sancionar por estacionar sus motos sobre la franja peatonal, señalada para la circulación de transeúntes, y si alguien se atreve a hacerlo, va a reaccionar de manera prepotente y vociferando a los cuatro vientos.
Tal vez otros, de manera menos llamativa, marcarán en sus teléfonos algún número de concejales municipales o políticos para quejarse del agente de tránsito que intente aplicarle alguna sanción administrativa.
Son varios los factores que inciden en el desorden y uno de ellos es la justificación, irrazonable, de que porque uno es pobre tiene derecho a violar todas las leyes, como por ejemplo, conducir sin habilitación de rodado, sin registro, sin casco y otros, dentro de esa justificación, hasta conducen de manera imprudente bajo los efectos del alcohol.
Otro de los factores es la falta de capacidad instalada en la Dirección Municipal de Tránsito que, aparentemente, no tiene un plan de trabajo o una ruta a seguir en materia de ordenamiento del tráfico urbano. Los agentes de tránsito perdieron el respeto de la ciudadanía por ser “coimeros”. Varios de ellos fueron grabados recibiendo dieron de infractores, para dejarlos en circulación.
Lo cierto y lo concreto es que necesitamos hacer cada uno nuestra parte. Si el conductor cumple con las normativas, podrá denunciar con altura moral a los agentes coimeros. Si los agentes encargados de ordenar el tráfico dejan de coimear, tendrá la altura moral para aplicar sanciones y tener voz de mando para el cumplimiento de lo establecido en las leyes y contar con una ciudad que, al menos, tenga ordenada sus calles para ofrecer seguridad vial.